El gobierno municipal de la ciudad de Susaki, en la provincia de Kochi, está considerando un criterio especial para la alerta de un gran terremoto y que implica informar a los residentes sobre el comportamiento anormal de los animales, tales como el ruido de los pollos o sobre los gatos que no vuelven a casa, informó la agencia Kyodo.
Aunque no se ha demostrado científicamente que estos hechos están directamente ligados a lo ocurrencia de sismo y tsunamis, es casi innegable que los pobladores los han observado en varias oportunidades antes de fuertes terremotos en Japón.
Y aunque esos datos no pueden ser utilizados como base para dar una advertencia de evacuación o incluirse en la misma ley de prevención de desastres, el alcalde de Susaki, Yoshihito Myojin, ha dicho que los pobladores pueden tomar acciones de evacuación cuando se divulgue la información sobre el comportamiento de los animales.
En el terremoto de 9 grados ocurrido en marzo del año pasado, un tsunami con olas de hasta 3,2 metros de altura azotó la ciudad ubicada en la costa del Pacífico en la isla de Shikoku, y unos 16 edificios resultaron inundados.