Una veintena de músicos y bailarines cubanos deleitaron esta tarde a más de 200 espectadores en un auditorio de un céntrico barrio tokiota en un concierto convocado por la embajada del país latinoamericano en la capital nipona.
El evento llamado «Qué chévere cubano», que se celebró en la sala de conciertos municipal de Takanawa, fue el primero en el que se ha conseguido reunir a casi toda la comunidad musical cubana que reside en Japón.
A lo largo de más de dos horas de espectáculo el saxofón de Pedro Valle, la guitarra y voz de Alexander Laborde, la percusión a cargo de Juan Carlos López, así como los pasos sobre el escenario de Dunia Tanahi, Orlando Sotolongo, Yayi, Jimagua u Oneisvi Álvarez compusieron una excelente muestra de colorido y mestizaje.
Los asistentes vivieron con entusiasmo la velada gracias a una puesta en escena muy participativa y en la que no faltaron temas como «Son de la loma» o «Rico vacilón», y acompañaron con palmas muchas de las intervenciones, rematadas siempre con sonoras ovaciones.
El público respondió a la convocatoria, por lo que muchos tuvieron que contemplar la gala, que comprendió actuaciones de salsa, cha cha chá o danza contemporánea, de pie ante la falta de butacas en el recinto.
El espectáculo contó además con la presencia del embajador del país caribeño en Japón, José Fernández de Cossío.
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