Equipo alemán, que juega en casa, es el favorito
El Bayern y el Chelsea se disputan mañana el máximo título de clubes europeos en una final de la Liga de Campeones 2011-12 a la que los dos equipos han logrado llegar en medio de una temporada en que ninguno de ambos ha alcanzado sus metas en la respectiva competición nacional.
El Bayern se juega en la final prácticamente toda la temporada tras tener que resignarse al segundo lugar tanto en la Bundesliga como en la Copa de Alemania. De un triunfo o una derrota en la soñada final en casa depende que la temporada sea recordada como un éxito o como un fracaso.
El Chelsea, mientras tanto, afronta la segunda final de Liga de Campeones de su historia con la intención de conseguir la gloria europea, máxima ambición de su propietario, el magnate ruso Román Abramóvich, en la que puede ser la última oportunidad de su vieja guardia.
El equipo «blue» londinense pone este sábado punto final a una temporada convulsa en la que cesó a un entrenador, finalizó en sexta posición en la Premier League y venció en la Copa de Inglaterra (FA Cup).
El despido del técnico portugués André Villas-Boas en marzo, ocho meses después de su costosa contratación, y el nombramiento de su asistente, el italiano Roberto Di Matteo, fue el punto de inflexión de una temporada en la que el Chelsea aspiraba a todo.
El recorrido del Bayern en la Liga de Campeones -ha ganado todos sus partidos en la Allianz Arena donde ahora espera al Chelsea- le permite ser optimista. La cara que mostró en la final de la Copa de Alemania ante el Borussia Dortmund, sin embargo, invita al pesimismo.
Para los bávaros, sin duda alguna una de las claves del partido será psicológica y habrá que ver en qué medida le han pasado página a la catástrofe de la Copa hace una semana.
En lo personal, el entrenador Jupp Heynckes tendrá que compensar las bajas de los sancionados Holger Badstuber, David Alaba y Luiz Gustavo.
Como central, en el lugar habitual de Badstuber, es de esperar que esté el ucraniano Anatoli Tymoshchuk. El puesto de Alaba, como lateral izquierdo, será para Diego Contento. Toni Kroos, por su parte, retrocederá a la posición de Luiz Gustavo para formar doble pivote con Bastian Schweinsteiger.
Este último movimiento le abre campo en la alineación titular a Thomas Müller que estará como media punta, detrás de Mario Gómez y entre el holandés Arjen Robben y el francés Franck Ribery.
El Chelsea, por su parte, se presenta en el Allianz Arena de Múnich como en el finalista inesperado de la competición y sin la presión añadida de ser el equipo anfitrión.
Di Matteo no podrá contar con cuatro de sus pilares básicos: John Terry, Branislav Ivanovic, Raul Meireles y Ramires, todos sancionados; y tiene dudas sobre la pareja defensiva formada por el brasileño David Luiz y el inglés Gary Cahill, lesionados hasta esta semana.
Las bajas harán que el técnico italiano tenga que modificar su «once titular» y mantenerlo competitivo ante un Bayern Múnich que parte como principal favorito para hacerse con la codiciada «orejona» en su campo.
Pese a las numerosas bajas, todo hace indicar que el delantero español Fernando Torres, fichado por 58 millones de euros en enero de 2011 procedente del Liverpool, empezará desde el banquillo debido a su falta de gol desde que firmó por los «blues».
Será, en cambio, titular indiscutible el también español Juan Mata, una de las piezas claves del Chelsea y que desea completar con el que sería su primer título europeo de clubes una excelente campaña.
Así, el Chelsea espera mantener su buena racha en Europa y culminar el sueño de gloria europea de su dueño, el magnate ruso Román Abramóvich, nueve años después de hacerse con el club en la que puede ser la última oportunidad de triunfar en la máxima competición continental de futbolistas como Frank Lampard, Didier Drogba, John Terry o Ashley Cole. (EFE)
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