Pyongyang insiste en que lanzamiento será con fines pacíficos
Corea del Norte ha comenzado a inyectar combustible en su cohete de largo alcance Eunha-3 con vistas a poner en órbita un satélite de observación terrestre en los próximos días, informó hoy un responsable del Comité Espacial del régimen comunista.
Según la agencia japonesa Kyodo, el director del centro de control de satélites de ese organismo, Paek Chang-ho, confirmó hoy a un grupo de periodistas extranjeros que las operaciones de inyección de combustible se encuentran en marcha.
El anuncio lo hizo durante una visita de la prensa a un centro de control espacial en las afueras de Pyongyang, un día antes de que se abra el periodo de cinco días durante el que se espera que el régimen comunista lleve a cabo el polémico lanzamiento.
Según el Comité Espacial, el cohete se lanzará en algún momento entre mañana, jueves, y el próximo lunes, cuando las condiciones meteorológicas lo permitan y el líder norcoreano, Kim Jong-un, lo ordene, detalló Kyodo, que añadió que no se descarta que el propio mandatario esté en el centro de control durante el lanzamiento.
El portavoz del organismo espacial norcoreano insistió, durante la visita de los periodistas a las instalaciones, en el norte de Pyongyang, en que se ha permitido el acceso a la prensa para mostrar «claramente» que se trata del lanzamiento de un satélite con fines pacíficos.
Sin embargo, una amplia parte de la comunidad internacional ha instado a Corea del Norte a que cancele su plan al considerarlo una prueba balística encubierta, lo que viola las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exigen al país comunista que renuncie a sus ensayos de misiles y nucleares.
Pese a los llamamientos, el régimen de Pyongyang insiste en que llevará adelante su plan, y hoy en las pantallas del centro de control se podía ver cómo el cohete, cubierto con una lona verde, se encuentra en la plataforma de lanzamiento, según Kyodo.
El centro de control visitado hoy por la prensa es el mismo al que acudieron el fallecido líder Kim Jong-il y su hijo menor y sucesor, Kim Jong-un, en abril de 2009 para presenciar entonces un lanzamiento similar.
En esa ocasión aquello le valió a Corea del Norte una condena del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que llevó al país comunista a abandonar la mesa de negociaciones multilaterales sobre su programa atómico, antes de hacer una prueba nuclear un mes y medio más tarde. (EFE)
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