Té de tías. Por Nancy Matsuda

Nancy Matsuda
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Nancy Matsuda

Si bien es cierto Twitter y Facebook nos sirven para interactuar casi a diario, no hay nada como el contacto directo con nuestros congéneres de carne y hueso.

He regresado de mi acostumbrado «Té de Tías» con mis amigas, muy felíz y contenta de la vida. Es un ritual de cada 3 ó 4 meses cuando que nos volvemos a juntar justo cuando ya casi nuestro organismo pide una recarga de baterías.


El «Té de Tías» es, en palabras modernas, el beber y comer mientras parloteamos por lo menos unas 3 horitas, porque un par de horas nos queda en las costillas.

¡Tres horas! gritan los desentendidos. Y de qué hablan tanto? Pues de los hombres, para empezar. De qué mas? Esta respuesta es una marca registrada que viene incluída por defecto en nuestro «software» desde que nacemos. Repuesta creada especialmente para resolver a esa pregunta que siempre la hace alguien del sexo opuesto. Y digo por defecto porque esta respuesta no es 100% verdadera. Lo cierto es que nos encanta ver esa cara de angustia que ponen algunos al oír esas palabras.

Sepa usted que hay «Té de Tías» y «Té de Tías!!» Pues sí, porque entre féminas las tías nos dividimos en dos grupos. Existen las damas y las brujas. Colón, pero que tal descubrimiento!


En el primer grupo del «Te de Tías» practicamos TERAPIA GRUPAL. Hablamos de nuestras vivencias, sentimientos, conocimientos, temores, anécdotas, etc.

Empezamos por supuesto hablando de hombres. Cosa que dura tan solo un promedio de 10 minutos a lo mucho, para pasar automáticamente a la terapia intensiva. Y es que siempre hay una que se aparece con la moral más baja que todo el grupo, ya sea porque le sucedió algo en casa, en el trabajo, en la escuela o en donde sea. Es entonces ella la elegida para recibir la terapia del día. Es en ese momento cuando la apoyamos en todo, cuando nace ese sentimento de solidaridad y dejamos de ser simples amigas para pasar a eso de «todas somos hermanas», como si hubiésemos nacido pegadas en la misma placenta.

Luego viene la charla de los hijos, del colegio, de las compras, los impuestos, el trabajo y el segundo round de la terapia hasta que suena algún teléfono (nunca falta). Llama la hija que le dice a su madre que no se olvide que mañana tiene paseo y por consiguiente hay que llevar obento (lonchera). Dicho esto pasamos de la hermandad al mundo culinario donde sale un recetario muy surtido y algún que otro local comercial en donde venden unos pasteles que son como del séptimo cielo.


Mientras tanto, la que fue a los servicios higiénicos, antes de salir de ellos se lava las manos y se mira al espejo, cuenta: Pero vieron esas luces que colocan ahora en algunos baños públicos? Son tan luminosos que no solo te puedes ver el rostro sino que también puedes hasta contarte los glóbulos rojos. Así es que de vuelta a la mesa, nos comenta que tiene un centenar de glóbulos y una nueva mancha en el rostro. Acto seguido pasamos del universo culinario a la sección de belleza y salen nombres de lociones, cremas y truquitos de leche más mermeladas que utilizaban nuestras tatarabuelas y la mismísima Cleopatra.

Luego una que otra anécdota, una que otra broma y vuelvo a casa completamente desestresada y renovada.


Pero qué pérdida de tiempo! acaso llevas a la práctica todo lo que hablan? Y es que siempre hay uno que pregunta…
Veámoslo así. Alguna vez he preguntado yo si de tanta pelota y carro que hablas ya juegas al fútbol como Messi o piloteas como Michael Schumacher, o si por lo menos ya compraste las llantas del Ferrari. No? Entonces, ahí lo dejamos.

Nosotras nos juntamos porque hemos nacido con la necesidad de ser muy comunicativas (díganmelo a mí). Así de simple. Y porque pasando un buen rato juntas nos ganamos una terapia gratuita.

El otro grupo de tías? Ellas no llegan a la comunicación normal. Digamos que hacen algo parecido a una SESION ESPIRITISTA, todas poniendo su dedo en la güija para señalar las letras de tu nombre. Tres horas de charla dedicadas prácticamente al rompe y raja (léase hablar mal de otra persona) de casi media población latinoamericana de Japón. Estas son de temer, porque éstas NO son las damas.

Y a todo esto, a cual «Té de Tías» asiste usted?……puntos suspensivos? Usted tiene derecho a elegir porque somos libres e independientes por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende.
Caramba, que lo dijo San Martín!

by Nan. ^o^/

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