Concluye segunda etapa de la hoja de ruta seguida por TEPCO
El Gobierno de Japón confirmó hoy que los tres reactores nucleares de la central de Fukushima dañados por el tsunami de marzo han alcanzado la «parada fría», lo que supone que se mantienen de forma estable por debajo de 100 grados centígrados.
Según la agencia local Kyodo, el Ejecutivo hizo esta confirmación en una reunión en la que participó el primer ministro, Yoshihiko Noda, que tiene previsto hacer un anuncio formal a las 18.00 hora local (09.00 GMT).
Durante el encuentro, Noda y otros responsables del Gabinete aprobaron un informe del comité a cargo de la gestión de la crisis nuclear, en el que se detalla que la temperatura del combustible en el interior de los reactores está por debajo de los 100 grados centígrados.
La definición de estado de «parada fría» utilizada por TEPCO, operadora de la central, supone además que las emisiones de radiactividad se han reducido de forma sustancial en el perímetro de la planta hasta cerca de 1 milisievert anual.
En la reunión, Noda señaló que la «parada fría» es un paso adelante hacia la resolución del accidente, al tiempo que instó a trabajar para mantener las condiciones de seguridad en la central y avanzar hacia su futuro desmantelamiento, indicó el diario Nikkei en su edición digital.
Durante el encuentro se fundó además una comisión especial integrada por miembros del Gobierno y la eléctrica TEPCO para adoptar medidas a medio y largo plazo.
La estabilización de los reactores permite dar por concluida la segunda fase de la «hoja de ruta» para solventar la crisis y abrir la tercera, que incluye extensas labores de limpieza en torno a la maltrecha planta, incluida la zona de exclusión de un radio de 20 kilómetros.
También es un paso imprescindible antes de considerar la vuelta a casa de los más de 80.000 evacuados en esa zona, que por el momento desconocen si para su retorno serán necesarios meses o años.
Aunque la declaración de «parada fría» supone un importante paso adelante el accidente aún dista mucho de estar resuelto, ya que retirar el combustible dañado y desmantelar los reactores podría llevar unas cuatro décadas, mientras que la limpieza del terreno contaminado también podría alargarse durante años. (EFE)
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