Si usted evita siempre ir al médico por miedo u otro motivo, acompañe a un familiar o amigo a sus consultas, aconseja la psicóloga Aráuz.
Por la psicóloga Irma Aráuz*
“Tengo un dolor muy fuerte en el bajo vientre y algunas hemorragias. Sé que debo ir al doctor, pero tengo miedo”. “Me duele la cabeza mucho, pero tengo miedo que me digan que tengo algo malo”. “El estómago siempre me arde, pero no quiero ir al doctor, prefiero tomarme la medicina de mi país”. ¿Le suenan estos comentarios?
Muchas personas evitan la idea de ir al médico y prefieren vivir con un dolor constante o realizar actividades contraindicadas a un mal ya diagnosticado. Detrás de este comportamiento, ¿existe evasión, ganas de sufrir o necesidad de llamar la atención?
Evasión: Negar una enfermedad es como huir de la realidad. Se adopta esta posición porque quienes sufren un padecimiento tienden a imaginar que su situación es peor de lo que en realidad es. Es más facil manejar la angustia personal y no la impuesta por el médico, así que prefieren soportar su malestar solos.
Las circunstancias: A causa de una educación rígida o de algún trauma latente, hay quienes piensan que “deben” cargar con su dolor a través de diversos síntomas. Con frecuencia se sienten culpables: “Esto que estoy sufriendo, me lo merezco”, parecen decir desde su lugar de martires.
Llamar la atención: El rechazo a curarse tiene que ver con la necesidad de obtener algunos beneficios secundarios por el hecho de estar en un estado “enfermo”. Un cuerpo doliente, es aquél al cual los ptros pueden poner un interés particular. Al estar enfermos, los demás se ocupan de ellos, los “cuidan”. Es una forma común de regresión, se sienten pequeños y débiles.
¿Qué hacer?
1. La persona que rechaza ir al médico no se dejará convencer fácilmente de que vaya al hospital, y al decirle constantemente que tiene que consultar a un especialista, aumentamos su angustia. Para esto es mejor invitarlos a que nos acompañe a nuestras consultas. Así, poco a poco podrá madurar la idea de hacerse una revisión.
2. Saber elegir un buen doctor. Con la recomendación de alguien cercano podrá encontrar un doctor en quien confiar.
3. Fijar visitas regulares. Para vencer el miedo, hay que evitar espaciar las consultas.
4. Hacer un cambio personal. Es muy importante aprender a relacionarse y salir de su estado personal, involucrandose en algún grupo de voluntariado. Así, “desplaza” su relación con el sufrimiento y se sentirá mejor consigo mismo.
*La psicóloga Irma Aráuz atiende directamente en el teléfono 090-2553-3307 y en el e-mail consultasairma@live.com.ar.
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