Padres no aceptan sus muertes, pero tendrán que hacerlo para seguir adelante
A los japoneses que perdieron a sus hijos el 11 de marzo solo les quedan los recuerdos.
Un grupo de padres de pequeños matriculados en un kindergarten en Ishinomaki, Miyagi, que perdieron la vida, buscan recuerdos de sus vástagos, reveló la NHK.
Airi Sato y otros cuatro niños se encontraban en un autobús cuando este fue arrasado por el tsunami.
El viernes, Mika, madre de Airi, visitó el sitio donde fue descubierto el cuerpo de su hija. Ella y otros padres en su situación apartaron las hojas de plástico que cubrían el lugar para buscar con la minuciosidad de un arqueólogo pertenencias de sus hijos.
Hasta el más insignificante objeto es un tesoro para ellos.
Mika dijo que es muy difícil para ella aceptar la muerte de su hija, pero es consciente de que tendrá que hacerlo si quiere seguir con su vida adelante. Y así lo entienden todos los padres que perdieron a sus hijos el aciago 11 de marzo.
La policía y las Fuerzas de Autodefensa están llevando a cabo una extensa operación para encontrar desaparecidos y remover escombros.
Este sábado se cumplen cien días de la catástrofe.
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