Japón crecería 0,6 por ciento en el 2011, un punto porcentual menos de lo previsto
El terremoto de Japón ha recortado más de la mitad la previsión de crecimiento para 2011 de la tercera economía mundial, que en el mes negro de marzo sufrió caídas históricas de su producción industrial y del gasto de los hogares.
La paralización de fábricas, los cortes en la cadena de suministros, los problemas de energía y los astronómicos costes de reconstrucción se traducirán en una reducción de un punto porcentual en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), según las estimaciones del Banco de Japón (BOJ).
En su primer informe de perspectivas económicas tras el seísmo, el BOJ considera que el PIB japonés crecerá en el año fiscal 2011 -que comenzó en abril- un 0,6 por ciento, frente al 1,6 por ciento que había pronosticado el pasado enero.
La entidad emisora cree además que las consecuencias del temblor harán que los precios aumenten el 0,7 por ciento en el ejercicio fiscal 2011, cuatro décimas más de lo inicialmente previsto en un país atenazado por la deflación desde 2009.
Pero también apunta a que Japón, protagonista en los años 80 del llamado «milagro económico», comenzará a superar el bache en el ejercicio fiscal 2012, cuando se empezará a notar el efecto de las inversiones para la reconstrucción y aumentarán las exportaciones y la producción.
Para ese ejercicio, que comienza en abril de 2012, el BOJ prevé un crecimiento del 2,9 por ciento, nueve décimas más de lo que estimaba a principios de este año, cuando el país «estaba saliendo de una fase de desaceleración», señala.
El terremoto de 9 grados Richter supuso un mazazo para la producción de la industria nipona, que en marzo cayó un récord de más del 15 por ciento respecto al mes anterior.
Entre las industrias peor paradas estuvo la del motor, de cuyas fábricas salieron en marzo un 57,3 por ciento de vehículos menos que en el mes anterior a causa, sobre todo, de la falta de componentes.
Toyota, número uno mundial del sector, produjo algo menos de 130.000 unidades en una caída cercana al 62 por ciento, igual que la sufrida por Honda, el número tres en Japón, que fabricó menos de 35.000 vehículos ese mes.
También cerraron sus puertas algunas plantas de compañías como el gigante Sony, que anunció que la única factoría que aún mantiene cerrada, situada en la provincia de Miyagi (una de las más afectadas), reanudará su producción a finales de mayo.
El desastre sacudió Japón en un momento en que su economía se encontraba en vías de recuperación, según el BOJ, aunque todavía afrontaba graves problemas como el de la deflación o una exorbitante deuda pública, la mayor de un país industrializado al alcanzar casi el doble del PIB. (EFE)
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