Operarios podrían someterse a trasplante de células en el futuro
Expertos japoneses recomiendan extraer sangre a los trabajadores de la accidentada planta nuclear de Fukushima para que en el caso de exponerse a altos niveles de radiación en las operaciones de limpieza puedan someterse a un trasplante autólogo (en el que se utilizan las propias células).
En una carta publicada en la revista médica The Lancet, los doctores Shuichi Taniguchi, del hospital Toranomon, de Tokio, y Tetsuya Tanimoto, del Instituto del Cáncer, también de la capital, afirman que «no ha pasado el peligro de la exposición a esas radiaciones» para los trabajadores de la planta.
Las células sometidas a un rápido proceso de división, como las del intestino, las reproductivas, esenciales para la fertilidad y las hemopoyéticas (o células progenitoras) son las más vulnerables a la radiación, señalan los científicos.
En anteriores accidentes o desastres nucleares se ha recurrido a trasplantes alógenos de células (en los que se utilizan células de otra persona), pero este tiene limitaciones como tener que buscar al donante y posibles problemas de rechazo o de supresión inmunológica.
En su lugar, los expertos japoneses abogan por recoger células madre sanguíneas periféricas de los propios trabajadores para poder utilizarlas en futuros trasplantes en caso de necesidad, lo que evitaría los problemas de rechazo y no exigiría administrar substancias inmunosupresoras que vuelven al paciente más vulnerable a las infecciones.
Además, ese método es seguro, permite restablecer rápidamente la funcionalidad hemopoyética normal, y las células sanguíneas pueden congelarse y almacenarse fácilmente.
Podría además utilizarse para tratar futuros casos de leucemia -derivados de la exposición a las radiaciones- así como eventuales defectos de la médula ósea.
Los científicos japoneses reconocen que los trasplantes autólogos no son perfectos ya que sólo sirven para la médula ósea, pero no para las lesiones que puedan sufrir otros tejidos como el conducto gastrointestinal, la piel o los pulmones.
Según los autores de la carta a The Lancet, un total de 107 equipos especializados en trasplantes están preparados en Japón para recoger células madre hemopoyéticas de los trabajadores que intentan evitar los escapes radiactivos en Fukushima y más de 50 hospitales europeos han aceptado prestar también ayuda.
La Comisión de Seguridad Nuclear de Japón se resiste a ese plan dada la «carga física y psicológica de los trabajadores del sector nuclear» y dado también que «no hay consenso entre los entes internacionales ni tampoco entre el propio público nipón».
Sin embargo, señalan aquéllos, «el proceso de cierre completo de los reactores de Fukushima tardará previsiblemente años, con lo cual se acumulará el riesgo de exposición accidental a las radiaciones, lo que hará cada vez más importante crear un banco de células madre periféricas de los propios trabajadores». (EFE)
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