Por el Dr. Raúl Ortega (*)
Con la proximidad del invierno y en un afán por aliviar el frío, aumentamos nuestro consumo de calorías debido a un cambio del régimen alimenticio, ingiriendo más carnes rojas, grasas y carbohidratos. Sabemos que la sociedad japonesa es la más longeva del planeta y esto gracias a la saludable dieta japonesa, que tiene como principal fuente de calorías a los peces y mariscos. Veamos las buenas propiedades de los productos marinos.
Consumo
Japón, Portugal, Islandia, Nueva Zelandia y Australia son los países que más pescados y mariscos consumen en el mundo. Un ciudadano japonés, en promedio, consume 93 kg de pescado al año, mientras que un sudamericano de la costa del Pacífico, solo llega a 17 kg/año, esto sin considerar que en el Pacifico Sur hay mayor volumen de peces que en Japón.
Valor nutritivo
Un gramo de pescado nos va a dar 4 kilocalorías de proteínas, igual que las carnes rojas o las aves, pero la cantidad de grasas es infinitamente inferior, no tiene colesterol y la proteína es de buena calidad. También nos proporcionan minerales esenciales como el fósforo, zinc, yodo y selenio. Además de 5% de ácidos grasos esenciales como el omega-3 y omega-6 y vitaminas A y D. Los mariscos son ricos en zinc, que son necesarios para mantener la piel y músculos saludables, además de ayudar en la reproducción.
Ácidos grasos
El omega-3 y omega-6 no los sintetiza el hombre y deben ser necesariamente parte de nuestra dieta, porque un consumo de tres veces por semana ha demostrado beneficios en la salud. Se encuentran en el salmón, trucha, atún, sardina, jurel, caballa, anchoa, palometa, anguila, o los llamados peces azules.
Beneficios para la salud
Regulan la presión arterial, disminuyen el riesgo de infarto al miocardio, previenen la arritmia cardiaca y mejoran la circulación. Tambien favorecen la coagulación, intervienen en la respuesta inmune e inflamatoria, mantienen los niveles de lipidos, previenen la artritis, y tienen efectos neurológicos benéficos contra el Parkinson, Alzheimer y demencia. En niños ayudan al crecimiento y desarrollo normal, disminuyendo la hiperactividad. El consumo de ácidos grasos se asocia con la disminución del riesgo de cáncer de mama, próstata y colon, así como el riesgo de enfermedades coronarias.
* Ph. D Medicina Reproductiva. E-mail: inkamed@yahoo.com
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