A tres años de que se extendiera la cobertura del seguro médico para tratamientos de infertilidad en Japón, el acceso a la Fecundación In Vitro (IVF) ha aumentado, reduciendo la carga económica para quienes desean tener hijos. Sin embargo, el tratamiento ha incrementado el riesgo de embarazos múltiples (tatai ninshin), como trillizos o cuatrillizos, lo que conlleva serios riesgos para el feto y la madre.
Una de las opciones para mitigar este peligro es la «Reducción Fetal» (Gentai Shujutsu): una cirugía que detiene el corazón de algunos fetos mediante una inyección para reducir el riesgo para la madre y los fetos restantes. Datos disponibles indican que hasta el 40% de las familias con embarazos de tres o más fetos optan por este método para continuar la gestación.
EL DILEMA DE LOS CUATRILLIZOS
La pareja japonesa, Yoshiko (29) y Takeshi (30), narraron su caso en la TV local. Yoshiko, que trabaja como técnica de laboratorio en un hospital, quedó embarazada de cuatrillizos en junio de este año gracias al tratamiento de infertilidad.
Mientras que Takeshi inicialmente pensó: «Será difícil criar a cuatro, pero no lo pensé profundamente», Yoshiko reaccionó de inmediato a los riesgos. Los médicos solo ofrecieron dos opciones: abortar a todos o intentar dar a luz a todos. La pareja fue presionada a tomar una decisión en apenas dos días. Fue Takeshi quien descubrió la tercera opción: la reducción fetal.
OBSTÁCULOS LEGALES Y MÉDICOS EN JAPÓN
Aunque la pareja eligió la reducción, su médico tratante se mostró reacio. Takeshi recordó que el médico les insinuó que «no debían hacer público el hecho de haber pasado por la cirugía».
Esta reticencia médica se debe a que la reducción fetal opera en una zona legal gris en Japón. Aunque la ley define el «aborto» (chūzetsu) como la expulsión de un feto del cuerpo, en la reducción, los fetos permanecen en el útero. Esto genera ambigüedad y la posibilidad, aunque remota, de que el médico pueda ser acusado del «delito de aborto» (dataizai).
Finalmente, Yoshiko decidió someterse a la cirugía en una de las pocas clínicas privadas que la realizan abiertamente. La cirugía fue un éxito y la pareja espera dar a luz a gemelos el próximo año.
EL APOYO MENTAL Y LA GUÍA OFICIAL
Yoshiko destacó el valor del apoyo psicológico: «En el hospital donde nos operamos, una consejera nos brindó apoyo mental antes de la cirugía. Pude hablar con alguien antes de someterme al procedimiento, y al recordarlo, estoy agradecida».
La pareja hizo un llamado a establecer guías oficiales para que los pacientes puedan elegir un hospital público que ofrezca un tratamiento adecuado con el menor riesgo posible. Será beneficioso para todos.
El Centro de Diagnóstico y Tratamiento Fetal del Hospital de la Universidad de Osaka, lideró el primer «ensayo clínico de reducción fetal» en Japón, iniciado en 2024. Un vocero del centro espera que las investigaciones y experiencias en curso sirvan de catalizador para una eventual reforma legal, convirtiendo la reducción fetal en una opción médica de rutina. (RI/AG/IP)
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