La administración de Donald Trump ha dado marcha atrás en su controvertida política de aranceles. El presidente firmó este viernes un decreto que anula los gravámenes a la importación de productos esenciales como la carne bovina, el café y diversas frutas. Esta medida de reversa se toma bajo una intensa presión para reducir el costo de vida en Estados Unidos, donde la inflación ha impactado duramente los precios al consumidor.
La Casa Blanca eximió de los aranceles «recíprocos» a una extensa lista de productos básicos que ahora incluye té, café, bananos, naranjas, tomates y cacao.
«Acabamos de dar marcha atrás en algunos alimentos, como el café”, declaró el presidente Trump a bordo del Air Force One. Esta decisión desmantela parcialmente una orden ejecutiva anterior que, desde el 2 de abril de 2025, había impuesto un arancel mínimo del 10% a casi todas las importaciones, justificando la medida como una defensa contra una «amenaza inusual y extraordinaria» del déficit comercial.
COSTO INTERNO DE LA ESTRATEGIA ARANCELARIA
La estrategia inicial buscaba impulsar la producción nacional. Irónicamente, varios productos gravados, como el café y los bananos, simplemente no se producen en Estados Unidos. Aunque el Tesoro recaudaba ingresos importantes, la inflación se disparó: los precios al consumidor escalaron un 3% en septiembre respecto al año anterior, el mayor incremento registrado desde enero.
Frente a las críticas de economistas y empresarios, Trump se defendió, aunque con matices: «Yo diría que, en algunos casos, pueden tener ese efecto [aumentar precios]… pero, en gran medida, han sido asumidos por otros países”. Sin embargo, la oposición demócrata fue contundente. El representante de Virginia, Don Beyer, afirmó que el presidente finalmente estaba «admitiendo lo que siempre supimos: sus aranceles están aumentando los precios para los estadounidenses».
ALIVIO GLOBAL Y NEGOCIACIONES EXITOSAS
La Casa Blanca explicó el cambio como un resultado de exitosas negociaciones. Se alcanzaron acuerdos con Ecuador, Guatemala, El Salvador y Argentina para facilitar las exportaciones estadounidenses a esos países a cambio de reducir los aranceles sobre sus productos agrícolas.
La medida fue recibida con alivio inmediato por la Asociación de la Industria Alimentaria, que la calificó como un paso fundamental para «garantizar un suministro adecuado y continuo a precios asequibles» para los consumidores.
La celebración se extendió internacionalmente, con claros beneficios para América Latina. La Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carnes (Abiec) celebró que se «devuelve previsibilidad al sector». Brasil, el mayor exportador mundial de carne, había sufrido aranceles adicionales del 50% de Washington.
De igual forma, en Colombia, tercer productor mundial de café, el presidente de la FNC, Germán Bahamón, agradeció al gobierno de EEUU en X, destacando la necesidad de «proteger al consumidor americano y al productor en origen». Estados Unidos es el principal socio comercial del café colombiano, responsable del 38% de sus exportaciones. (RI/AG/IP/)
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