Japón enfrenta un giro climático repentino. La primera nevada fuera de Hokkaido cayó en Morioka el viernes 7 de noviembre, y Sapporo registró su primera nevada (sekisetsu) ayer, cuatro días antes de lo habitual. El país atraviesa así una transición súbita que deja la impresión de vivir solo dos estaciones enfrentadas: verano e invierno.
La mañana de hoy domingo, Hokkaido amaneció con varios tramos de carretera congelados. Aunque la nieve en las vías vehiculares casi ha desaparecido tras la mejora del clima en la tarde ayer, las aceras permanecen parcialmente cubiertas de nieve derretida y barro helado, lo que dificulta el desplazamiento. Se prevé que la lluvia comience gradualmente en las próximas horas, con un deterioro adicional del estado del pavimento.
Durante la noche de ayer, el frío se intensificó sobre todo en zonas del interior. En la localidad de Ozora–Memanbetsu se registraron -11.9 °C a las 23:52, mientras que Teshikaga–Kawayu descendió a -10.3 °C. En Sapporo, la temperatura rondó los 0 °C y muchas superficies quedaron completamente congeladas. Aunque la acumulación total disminuyó durante la tarde debido a la mejoría del tiempo, la llegada continua de aire helado mantiene un riesgo alto de resbalones y accidentes.
A nivel nacional, frentes y bajas presiones han mantenido el cielo cubierto y han arrastrado frío temprano. En Tokio, la mañana de hoy domingo descendió a 10 grados, niveles propios de comienzos de diciembre. Para este lunes 10 de noviembre, la costa del Pacífico tendrá un breve lapso de sol, mientras que el lado del Mar de Japón enfrentará lluvias invernales típicas (shigure) y nevadas, con sectores de Hokkaido donde volverá a acumularse nieve húmeda que podría congelarse rápidamente durante la noche por la elevada temperatura del Mar de Japón.
En Tokio, la expectativa gira en torno a su primera nevada (hatsuyuki). La capital suele registrar nieve alrededor del 3 de enero, pero el invierno pasado ocurrió antes, el 19 de diciembre. Con un diciembre previsto más frío de lo habitual, aumenta la probabilidad de que alguna de las próximas lluvias se transforme en nieve. (RI/AG/IP/)
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