Honda también detiene su producción en México por falta de chips

Planta de Honda en Celaya, México.

La disputa entre el gobierno de los Países Bajos y China por el control de la empresa de semiconductores Nexperia está generando consecuencias severas en la cadena de suministros de la industria automotriz mundial. El impacto alcanzó a fabricantes japoneses como Honda, obligada a detener la producción en su planta de Celaya, México, por la escasez repentina de componentes esenciales, informó el  Nikkei.

Nexperia, cuyo origen se remonta a la división de semiconductores de Philips, fue adquirida en 2018 por la compañía china Wingtech. Sus productos, utilizados en sistemas clave como airbags o mecanismos de cierre, son insustituibles a corto plazo. El conflicto estalló el 30 de septiembre, cuando el gobierno neerlandés decidió colocar a la empresa bajo supervisión estatal alegando “deficiencias graves en su gobernanza corporativa” y riesgos para la seguridad económica. La medida se basó en la Ley de Adquisición de Bienes, vigente desde la Guerra Fría.


ENFRENTAMIENTO ENTRE PAÍSES BAJOS Y CHINA

El enfrentamiento escaló cuando el 7 de octubre un tribunal neerlandés ordenó la destitución de Zhang Xuezheng, fundador de Wingtech y entonces director ejecutivo de Nexperia, por intentar despedir a cerca del 40% de sus empleados europeos y trasladar información y activos sensibles hacia China. El ministro de Economía, Vincent Karremans, explicó ante el Parlamento que existía “preocupación por una posible fuga tecnológica y la pérdida de capacidad productiva futura”.

Aunque la sede central y las instalaciones tecnológicamente avanzadas permanecen en Europa, el 80% de la fase final de fabricación de los semiconductores se realiza en China. En respuesta a la intervención neerlandesa, el gobierno chino impuso restricciones de exportación a los productos de Nexperia, lo que virtualmente paralizó su suministro internacional.


El trasfondo, sin embargo, va más allá de La Haya y Pekín. En diciembre de 2024, las autoridades de Estados Unidos habían incluido a Wingtech en su lista de empresas sujetas a controles de exportación por sospechas de desvío tecnológico y posible uso militar. Según reportó The Wall Street Journal, Washington había trasladado su preocupación al gobierno neerlandés meses antes, alertando que la permanencia de un CEO vinculado a la propiedad china representaba un riesgo.

Wingtech rechazó las decisiones holandesas calificándolas de “intervención excesiva basada en prejuicios geopolíticos” y afirmó que violaban los principios comerciales promovidos por la Unión Europea. La compañía sostuvo además que desde la adquisición había generado empleo y elevado el valor corporativo, por lo que exigió a los Países Bajos revertir “sus instrucciones erróneas”.

El 21 de octubre, el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, sostuvo una conversación telefónica con Karremans en la que advirtió que las medidas estaban “causando un impacto profundo en la cadena global de suministros”. El ministro neerlandés aseguró que su país buscaría una solución “constructiva” a través del diálogo.


ES DIFÍCIL REEMPLAZAR ESOS CHIPS TAN RÁPIDO

Mientras tanto, los fabricantes automotrices intentan reacomodar sus procesos. Pero, como explica la consultora S&P Global Mobility, los componentes de Nexperia “están profundamente integrados en los sistemas electrónicos de los vehículos”, lo que hace extremadamente difícil reemplazarlos rápidamente. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles alertó el 29 de octubre que la escasez ya estaba afectando a algunos proveedores y expresó “creciente preocupación por interrupciones inminentes”.


Honda confirmó el 29 de octubre la suspensión temporal de su planta en Celaya desde el día 28 por falta de semiconductores, una instalación clave para la exportación del SUV HR-V a Estados Unidos. La producción en sus plantas de Estados Unidos y Canadá también comenzó a ajustarse desde el día 27. Un deterioro prolongado tendría repercusiones directas en su rendimiento financiero, especialmente en el mercado norteamericano, que representa cerca del 40% de sus ventas globales.

Nissan, que ya proyecta un déficit operativo de 275.000 millones de yenes para el año fiscal 2026, también reconoce el riesgo añadido que supone la disrupción de Nexperia. El presidente de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón, Katayama Masanori, declaró el 23 de octubre que la situación “afecta gravemente la producción global de cada compañía” y pidió una resolución rápida y pragmática entre los países involucrados.

China insinuó el 1 de noviembre que, bajo ciertas condiciones, permitiría excepciones a la restricción de exportaciones y afirmó estar analizando cada caso según “la situación real de la empresa”. Según medios estadounidenses y europeos, el tema fue discutido en la cumbre entre Estados Unidos y China del 30 de octubre, donde se habría acordado una vía para reactivar parcialmente los envíos. No obstante, si la reanudación se mantiene condicionada, los efectos podrían prolongarse, poniendo en duda la estabilidad del suministro global en el mediano plazo. (RI/AG/IP/)


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