La aparición de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, en la prestigiosa Fiesta del Jardín de Otoño (Aki no En’yūkai), ofrecida por Sus Majestades el Emperador y la Emperatriz en el Jardín Akasaka Gyoen en el distrito de Minato, Tokio, ha generado una ola de comentarios y reacciones en las redes sociales.
A pesar de una agenda maratoniana que incluyó una cumbre con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y una visita a la base militar estadounidense de Yokosuka, mientras preparaba su viaje a Corea del Sur, Takaichi asistió al evento real, cautivando al público con su radical cambio de vestuario, reportó la prensa local.
La mandataria japonesa se presentó con un elegante vestido largo en una sutil gradación de tonos marrones, complementado por un bolso y zapatos en tonalidades beige. Este look sofisticado contrastaba fuertemente con los pantalones sastre de estilo mannish (masculino) que había utilizado en sus encuentros oficiales con el presidente Trump, demostrando una notable capacidad para adaptarse a los diferentes códigos de vestimenta.
Su presencia en la Fiesta del Jardín quedó registrada en diversas publicaciones, como la cuenta oficial de Instagram de la Embajada de Venezuela en Japón, donde se compartió una fotografía de Takaichi sonriente junto al embajador Seiko Ishikawa y su esposa, Erika Colón.
En línea, la vestimenta de Takaichi fue objeto de admiración generalizada. Los usuarios de internet elogiaron su estilo, comentando su «ambiente elegante» y la «distinción de su vestido con colores modestos». Destacaron la perfecta combinación entre su vestido y el «bolso de cuentas» (bīzu no baggu).
La dedicación de la Primera Ministra no pasó desapercibida, con muchos expresando su «respeto» por su capacidad para preparar atuendos adecuados para cada ocasión a pesar de su apretadísima agenda, dijo el rotativo Sport Hochi.
Sin embargo, detrás de la admiración por su glamour, surgieron voces de inquietud. La extenuante lista de compromisos oficiales desató una ola de preocupación por su salud, con comentarios en las redes sociales como: «¿Está bien de salud?», «¡Qué mujer tan poderosa a sus 64 años, la gente de mi alrededor no conoce a nadie así!», e incluso «¿Cuántas personas es usted? Por favor, descanse adecuadamente».
La intensa presencia pública de la Primera Ministra se convierte así en un tema que, además de político, es emocional y humano para el público japonés, un día después de ser criticada por su eufórica reacción durante su presentación en el portaaviones USS George Washington, anclado en Yokosuka, junto al presidente Donald Trump. (RI/AG/IP/)
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