Rodrigo Paz gana la presidencia y promete abrir Bolivia al mundo

Rodrigo Paz y su vicepresidente Admand Lara.

El candidato de centroderecha Rodrigo Paz puso fin a dos décadas de gobiernos de izquierda en Bolivia al ganar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebrada el domingo. La contundente victoria de Paz, de 58 años, es un reflejo de la profunda frustración popular ante la grave crisis económica, la escasez de combustible, la dificultad para obtener dólares y la percepción de una clase política disfuncional.

Paz se impuso con el 54 por ciento de los votos, frente al 45 por ciento de su oponente, el expresidente conservador Jorge Tuto Quiroga, de 65 años, según los resultados preliminares con más del 97% del escrutinio. Este resultado consolida el sorpresivo ascenso de Paz, quien en la primera vuelta de agosto había remontado desde el último puesto para obtener el 32% de los sufragios.


Paz es hijo del expresidente de centro-derecha Jaime Paz Zamora, un líder del histórico Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), vicepresidente (1982-1984) y presidente de Bolivia (1989-1993).

EL VOTO CASTIGO Y EL QUIEBRE DEL MAS

La campaña estuvo dominada por las preocupaciones económicas que han alimentado el descontento. El Movimiento al Socialismo (MAS), que dominó la política boliviana bajo el liderazgo de Evo Morales durante casi dos décadas, fue el principal blanco de la desilusión.


Morales, el primer presidente indígena del país, fue reelegido en tres ocasiones. Sin embargo, su intento de reelección en 2019 fue impugnado, lo que desató disturbios y lo obligó al exilio. El mandatario saliente, Luis Arce, se distanció de Morales en una agria disputa que fracturó al partido. Ante una fuerte impopularidad, Arce no se presentó a la reelección.

Estas elecciones fueron las primeras desde 2002 sin Morales ni un sucesor elegido por él en la papeleta. Morales, inhabilitado por los tribunales para postularse, se negó a apoyar a la izquierda e instó a sus seguidores a votar nulo, una decisión que analistas locales consideran clave para el debilitamiento del MAS en la primera vuelta.

El propio Evo Morales, desde su feudo cocalero en el Chapare, identificó a los perdedores en una radioemisora: «hay tres perdedores: Tuto [Quiroga], las encuestas y el gran perdedor es Luis Arce». No obstante, reconoció que «se deben respetar los resultados».


PRAGMATISMO EN LA ECONOMÍA Y LUCHA ANTICORRUPCIÓN

El éxito de Rodrigo Paz radicó en su capacidad para atraer tanto a votantes de izquierda desencantados con el MAS como a aquellos que rechazaban las posturas más radicales de Quiroga. Mientras Quiroga prometía profundas reformas para reducir la presencia del Estado, Paz ofreció un camino más cauto y pragmático.


Paz prometió preservar los programas sociales, luchar contra la corrupción y gestionar los recursos nacionales de manera eficiente, evitando al mismo tiempo la dependencia de organismos internacionales como el FMI.

La plataforma del presidente electo también incluyó la transferencia de poder y recursos a las autoridades locales, la flexibilización de las barreras a la importación y la reforma del poder judicial.

En su campaña, Paz también presentó su lema «capitalismo para todos» como base para reactivar la debilitada economía boliviana, sin reservas en el Banco Central, inflación galopante y moneda devaluada.

«A mí lo que me importa es que la gente coma y pueda trabajar, que el Estado no te joda la vida», describió Paz ante la prensa.

EL FENÓMENO EDMAND LARA

Un factor decisivo en la victoria fue el compañero de fórmula de Paz, Edmand Lara. El excapitán de policía, que se convirtió en denunciante, aportó una imagen de outsider que canalizó la indignación popular. Su manejo de las redes sociales y su origen humilde resonaron fuertemente, tanto que muchos votantes reconocieron haber votado por la fórmula de Paz únicamente por Lara, quien venía «desde abajo».

El presidente electo, quien es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y senador desde 2020, inauguró su discurso de victoria ante sus simpatizantes en La Paz con un mensaje de renovación y apertura al mundo: “Hoy, el pueblo nos da la oportunidad de gobernar Bolivia, pero para todos. Llamo a la unidad, a la reconciliación de los bolivianos,” dijo Lara, adoptando un tono conciliador.

Paz, por su parte, afirmó que su triunfo abre una etapa de renovación para Bolivia tras 20 años de haber estado “fuera de la economía y de la geopolítica,” y tendió la mano al Parlamento para trabajar conjuntamente.

ARCE PROMETE TRANSICIÓN ORDENADA

El mandatario saliente, Luis Arce, felicitó a Rodrigo Paz como «el presidente electo en una histórica segunda vuelta electoral que se realizó por primera vez en Bolivia.» Arce aseguró que el gobierno está listo para trabajar una transición ordenada, y destacó el hecho histórico de que, después de 28 años, la transmisión de mando se dará de un gobierno electo en las urnas a otro electo en las mismas condiciones. Arce entregará el mando el 8 de noviembre.

Finalmente, su oponente en la segunda vuelta, Jorge Tuto Quiroga, admitió la derrota y felicitó a Paz, señalando que Bolivia necesita una «actitud madura, democrática y de Estado» en los tiempos difíciles que se avecinan. (RI/AG/International Press)


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