
El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, confirmó el 28 de septiembre que Washington está analizando la posibilidad de responder a la solicitud de Ucrania para acceder a misiles de crucero Tomahawk, un armamento con alcance de hasta 2,500 kilómetros, capaz de alterar significativamente el equilibrio militar en la guerra.
La declaración, realizada en una entrevista con Fox News, precisó que la decisión final será tomada por el presidente Donald Trump. Vance explicó que Ucrania ha pedido a la Casa Blanca facilitar la venta de Tomahawk a países europeos, quienes luego los transferirían a Kiev. “Estamos ciertamente considerando algunas de las solicitudes que provienen de Europa”, indicó el vicepresidente.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha insistido en que esta clase de misiles sería esencial para responder a los ataques rusos con drones y proyectiles, que han devastado ciudades e infraestructura crítica. Con su alcance, los Tomahawk permitirían a Ucrania apuntar no solo a posiciones en los territorios ocupados, sino también a instalaciones militares en el interior de Rusia.
Vance destacó que la ofensiva rusa se encuentra prácticamente estancada y que Moscú no ha logrado avances territoriales relevantes en las últimas semanas. Al mismo tiempo, reiteró la postura del gobierno estadounidense: “Desde el inicio de nuestra administración hemos buscado activamente la paz, pero Rusia debe despertar y enfrentar la realidad. Están muriendo demasiadas personas y tienen poco o nada que ganar”.
La posible transferencia de Tomahawk marcaría una nueva fase en el apoyo militar de Occidente a Ucrania, aumentando la presión sobre el Kremlin y elevando también el riesgo de una mayor escalada en el conflicto. (RI/AG/IP/)
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