
En un movimiento que sacude los cimientos de la cadena de suministro global de medicamentos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy la imposición de un arancel adicional del 100% a ciertos medicamentos importados, una medida que entrará en vigor el próximo 1 de octubre. La decisión, comunicada a través de sus redes sociales, tiene un objetivo claro y contundente: forzar la relocalización de la fabricación farmacéutica en territorio estadounidense.
El arancel del 100% se aplicará específicamente a los «medicamentos de marca y protegidos por patente». Es crucial destacar que, al parecer, los medicamentos genéricos quedarían excluidos de esta nueva tasa punitiva. Esta focalización parece ser una respuesta directa a las preocupaciones expresadas por organizaciones como la Asociación Americana de Hospitales (AHA), que habían advertido que una aplicación más amplia de los aranceles dificultaría el acceso a medicamentos.
El anuncio representa la más reciente escalada en la política arancelaria del presidente Trump, sumándose a gravámenes sectoriales previos sobre el acero, el aluminio, los automóviles, las piezas de vehículos y el cobre. La decisión se produce después de que el Departamento de Comercio de EEUU. llevara a cabo una investigación sobre las importaciones farmacéuticas, basándose en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial. Se espera que el Departamento de Comercio publique los detalles específicos de los productos afectados a través del Registro Federal.
EEUU QUIERE QUE SE PRODUZCA EN SU TERRITORIO
La medida proteccionista viene acompañada de una potente excepción diseñada para fomentar la inversión: las empresas que inicien la construcción de fábricas de medicamentos en Estados Unidos serán eximidas de este nuevo arancel. El presidente Trump fue explícito al indicar que la exención aplica a las farmacéuticas que estén «construyendo una planta de fabricación de medicamentos en Estados Unidos», incluyendo aquellos proyectos que se encuentren en fase inicial de «puesta en marcha».
Esta amenaza-oportunidad ha provocado ya una oleada de importantes anuncios de inversión. Grandes farmacéuticas europeas han respondido proactivamente, declarando planes de inversión masiva en EEUU.
- La británica GlaxoSmithKline (GSK) reveló el 17 de septiembre un plan para invertir 30 mil millones de dólares en el país durante los próximos cinco años.
- AstraZeneca, también británica, anunció en julio una inversión de 50 mil millones de dólares para 2030.
- Las suizas Roche y Novartis también han manifestado planes de inversión en territorio estadounidense este año.
¿QUÉ PASARÁ CON JAPÓN?
La nueva política arancelaria de EEUU podría tener implicaciones atenuadas para algunos de sus socios clave debido a acuerdos comerciales recientes:
- Japón: En julio, EEUU otorgó a los productos farmacéuticos japoneses el estatus de «Nación Más Favorecida», prometiendo la tasa arancelaria sectorial más baja entre todos los países.
- Unión Europea (UE): En una declaración conjunta de agosto, EEUU y la UE acordaron limitar el arancel total —combinando las tasas existentes y los nuevos aranceles sectoriales— a un máximo del 15% para los medicamentos de fabricación europea.
Si EEUU honra estos compromisos, Japón y la UE podrían mantener sus aranceles farmacéuticos en el umbral máximo del 15%, logrando una protección significativa frente a la tarifa del 100% aplicada a otros orígenes. (RI/AG/IP/)
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