
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este sábado 30 de agosto que el país alcanzó un hito histórico: 1.000 días sin homicidios desde el inicio de su gobierno en 2019. El mandatario compartió la noticia en sus redes sociales, agradeciendo a Dios, a su gabinete de seguridad, a la Policía Nacional Civil y a la Fuerza Armada por haber hecho posible este logro.
“Me recomendaron hacer una cadena nacional y dar un discurso para conmemorar este hito histórico, pero creo que en lugar de discursos, lo mejor es reflexionar sobre lo que nuestro país ha vivido y sobre todas las fuerzas que intentaron impedir que llegáramos hasta aquí”, escribió Bukele en la red social X. El gobernante agregó que quienes consideran “imposible” este resultado desconocen “el poder de pedir sabiduría a Dios y aceptar ser instrumentos de Él”.
El gobierno atribuye esta drástica reducción de la violencia a dos medidas principales: el Plan Control Territorial, que implicó un despliegue masivo de policías y militares en las calles, y el régimen de excepción vigente desde marzo de 2022, que suspende varias garantías constitucionales para perseguir a las pandillas. Según datos oficiales, bajo esta política han sido detenidas cerca de 90.000 personas acusadas de pertenecer a estructuras criminales.
Sin embargo, la estrategia no está exenta de críticas. Organizaciones internacionales y sectores opositores denuncian violaciones a los derechos humanos, detenciones arbitrarias y la falta de debido proceso en miles de casos. El régimen de excepción cumplió tres años de vigencia el pasado 27 de marzo, y pese a las cuestionamientos, continúa aplicándose con éxito para la seguridad ciudadana.
Bukele sostiene que la estrategia ha devuelto la tranquilidad a los salvadoreños. “Gracias, Dios. Sin tu voluntad, nada es posible”, expresó el presidente, subrayando que El Salvador vive ahora “en paz de verdad”.
MEDIDAS EN LAS ESCUELAS
Entre tanto, Bukele también defendió las medidas de “orden” y “disciplina” implementadas en las escuelas públicas del país y ordenadas por la recién nombrada ministra de Educación, la capitana Karla Trigueros, al mismo tiempo que señaló que son para “evitar” las pandillas en las escuelas.
A los críticos de las medidas, el presidente dijo: «qué daño les vamos a hacer a los niños con que lleguen a las escuelas ordenados, con que digan por favor, con que digan gracias, con que digan buenos días».
«Y si su hijo le dice: mamá, pero yo no quiero… ponga disciplina en su casa para no sufrir en el futuro», manifestó. El presidente dijo días antes que los centros educativos del país eran lugares de reclutamiento de pandilleros y que «no eran pandillas cualquiera, sino las más sanguinarias del mundo”. (RI/AG/IP/)
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