
Por Masao Aizawa*
En Japón se celebran innumerables eventos cada año: festivales comunitarios, intercambios culturales, foros económicos, encuentros deportivos, ferias de bienestar… Cada celebración tiene su valor y conecta a personas diversas, pero cabe preguntarse: ¿cuántos de estos eventos están dedicados realmente a expresar gratitud hacia los mayores de edad, especialmente a aquellos con raíces extranjeras?
Desde la reforma de la Ley de Inmigración en 1990, muchas familias extranjeras llegaron a Japón en busca de trabajo y futuro. Convivieron con diferentes variantes lingüísticas, culturales y administrativas, y aun así contribuyeron incansablemente a la economía local. Hoy, muchos de ellos forman parte de la población adulta mayor del país, viviendo con humildad y en silencio.
Su historia ha sido una cadena de esfuerzos invisibles. En fábricas, en el sector de la construcción o el cuidado de personas, han sostenido gran parte de la economía japonesa. Y sin embargo, el reconocimiento social o el apoyo institucional no ha alcanzado aún su justa medida para ellos.

CONVERTIR LA GRATITUD EN UNA CULTURA
Es en este contexto es que nació el evento “Día Multicultural del Respeto a los Mayores” (多文化敬老会). A simple vista, puede parecer una celebración local más. Pero en realidad, representa una acción con un mensaje profundo: convertir el agradecimiento en un valor cultural compartido. Creemos que expresar un “gracias” sincero, más allá de las palabras, es un paso fundamental para la construcción de una sociedad más justa.
El término “convivencia multicultural” se escucha cada vez más en discursos y políticas. Sin embargo, más allá de lo institucional, es la práctica cotidiana y el contacto directo que ponen a prueba su verdadero significado. Eventos como este, aunque pequeños, ofrecen pistas reales sobre cómo deben transformarse nuestras comunidades y estructuras sociales. La verdadera convivencia multicultural no es solo institucional.
UN DÍA DONDE TODOS SON PROTAGONISTA
El próximo 14 de septiembre de 2025, personas de distintas edades y culturas se reunirán en Isesaki, Gunma, y los verdaderos protagonistas serán los adultos mayores que han caminado junto a nosotros desde el anonimato. Cada palabra, cada sonrisa, cada gesto de gratitud que circule ese día en el salón, será una señal de esperanza para el futuro. Un futuro donde todos podamos ser reconocidos, escuchados y respetados sin importar el origen.
(*) Es presidente de Aizawa Corporation
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