
Japón enfrenta un prolongado episodio de calor intenso que, según los meteorólogos, se mantendrá al menos durante la próxima semana en regiones que van desde Kyushu hasta Kanto, con temperaturas que hoy han superado los 34 °C en varias ciudades. La tendencia no será pasajera: las proyecciones indican que las altas temperaturas continuarán a lo largo de septiembre y se extenderán incluso hasta octubre.
En Tokio, el termómetro alcanzó los 34,8 °C, en Osaka los 35,1 °C y en Fukuoka los 34,2 °C, todas cifras superiores a los promedios de esta época. Aun cuando en las mañanas y noches comienzan a sentirse señales de otoño, las autoridades advierten que el calor diurno seguirá exigiendo medidas constantes contra el golpe de calor, como el uso de aire acondicionado y una correcta hidratación.
El retraso en la retirada del llamado Tibetan High es uno de los factores que explican este fenómeno. Este sistema de alta presión, que se forma sobre la meseta tibetana a unos 12.000 metros de altitud durante la primavera y el verano, suele extenderse hacia el este, provocando olas de calor en Japón. Normalmente pierde fuerza al terminar el verano, permitiendo que los vientos del oeste refresquen el archipiélago. Sin embargo, los mapas atmosféricos muestran que este año la masa de aire cálido mantiene una influencia más fuerte de lo habitual, empujando la corriente en chorro hacia el norte y dejando al país bajo un flujo persistente de aire cálido.
UN OTOÑO CON RIESGO DE LLUVIAS INTENSAS
Aunque septiembre y octubre corresponden al periodo de lluvias otoñales, los expertos advierten que la llamada “frente de otoño” podría no aparecer de forma clara este año. Eso no significa menos lluvia. Por el contrario, la llegada de aire húmedo y cálido desde el Pacífico podría favorecer precipitaciones mucho más intensas cuando se presenten las condiciones.
El pronóstico de octubre muestra que gran parte de Japón tendrá acumulados de lluvia superiores al promedio. En escenarios de frente estacionario o convección localizada, una sola jornada podría concentrar el equivalente a un mes de lluvias o incluso superarlo, incrementando el riesgo de inundaciones y deslizamientos.
Los especialistas recomiendan a la población mantenerse atenta a los reportes meteorológicos y adoptar medidas preventivas, como limpiar desagües y asegurar un buen drenaje alrededor de las viviendas. El otoño podría traer días despejados y soleados, pero también episodios de lluvias torrenciales capaces de generar emergencias en poco tiempo. (RI/AG/IP/)
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