
El abandono de maletas se ha convertido en un serio problema en Japón, donde la proliferación de equipajes sin dueño en aeropuertos, calles y hoteles ha derivado incluso en sanciones legales. La situación, que afecta especialmente a zonas turísticas, ha obligado a implementar medidas de control y, en algunos casos, a idear usos inesperados para estas maletas.
En barrios como Kabukicho, en Shinjuku, se han visto maletas grandes tiradas en plena vía pública durante horas sin que aparezca su propietario. La escena genera temor entre transeúntes y trabajadores locales, quienes desconocen su contenido. Según las autoridades, la mayoría de estos equipajes son dejados atrás por turistas extranjeros que, al considerarlos innecesarios, los abandonan en la calle o en los hoteles donde se hospedan.

El problema no se limita a las calles. En el aeropuerto de Narita, la cadena Nippon TV documentó maletas abiertas y abandonadas en los pasillos. Todas son recogidas como objetos perdidos y almacenadas por la policía aeroportuaria. Solo en 2024, Narita acumuló cerca de 700 maletas, y hasta junio de 2025 ya se habían registrado unas 400, lo que marca un ritmo de crecimiento inédito.
El abandono también se ha convertido en delito. En julio de 2025, un turista extranjero de 30 años fue remitido a la fiscalía por violar la Ley de Gestión de Residuos tras dejar una maleta vacía en el aeropuerto de Chubu. Había transferido sus pertenencias porque el equipaje excedía las dimensiones permitidas y luego desechó la maleta. En lo que va del año, Chubu ha detectado cerca de 30 casos de abandono ilegal. Según el abogado Kentaro Motomura, si bien inicialmente estos objetos pueden tratarse como artículos perdidos, cuando son dejados deliberadamente se convierten en infracción legal.
Para enfrentar la situación, varios aeropuertos japoneses ofrecen servicios de recolección. En Chubu, la tarifa es de 1.200 yenes por maleta, mientras que en Kansai el servicio es gratuito para pasajeros. En Narita, la recogida gratuita se ofrece a clientes que compren equipaje en determinadas tiendas.

Pero la respuesta más llamativa llega desde Tokio. El hotel Niwa no Hotel ha comenzado a transformar las maletas abandonadas en maceteros. Allí cultivan tomates, zanahorias y melones que, posteriormente, se sirven en el restaurante del establecimiento. Esta original iniciativa no solo reduce el impacto ambiental, sino que convierte un problema en una atractiva propuesta de sostenibilidad urbana.
El fenómeno de las maletas abandonadas en Japón, que empezó como un simple inconveniente turístico, hoy revela la necesidad de combinar sanciones, servicios prácticos y soluciones creativas para enfrentar una tendencia que crece año a año. (RI/AG/IP/)
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