
En redes sociales japonesas se ha viralizado una afirmación errónea que asegura que las empresas reciben 720.000 yenes por cada extranjero contratado. La supuesta política ha generado indignación, llamados a boicots y críticas a grandes cadenas, pese a que el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar desmintió categóricamente la existencia de tal sistema.
La controversia surgió a partir de una interpretación distorsionada del programa «Subsidio para la mejora del entorno laboral de trabajadores extranjeros», una ayuda real que no recompensa la contratación, sino que apoya a las empresas que invierten en mejorar las condiciones laborales de sus empleados extranjeros.
“No existe ningún sistema que otorgue 720.000 yenes por contratar a un extranjero. La ayuda está dirigida a quienes ya los emplean y hacen esfuerzos por integrarles correctamente en el entorno laboral”, confirmó un portavoz del Ministerio.
Se trata de un sistema de subsidios destinado a apoyar a los empleadores que contratan trabajadores extranjeros. Su objetivo es ayudar a cubrir parte de los costos en los que incurre la empresa para crear un entorno laboral adecuado, teniendo en cuenta las diferencias de idioma, cultura y otros factores que podrían generar conflictos o dificultades.
El subsidio no se entrega directamente por cada trabajador extranjero contratado sino que es un monto total anual que se entrega solo si se cumplen criterios detallados y estrictos. El monto máximo que una empresa puede recibir es de hasta 720.000 yenes en el año fiscal 2024 y hasta 800.000 yenes en el año fiscal 2025.

DESINFORMACIÓN Y DISCRIMINACIÓN
En la red social X en japonés, el rumor ha alimentado narrativas como “los extranjeros nos quitan los trabajos” o “las empresas prefieren extranjeros por el dinero del subsidio». Un ejemplo concreto es el caso de una reconocida cadena de cafeterías, criticada tras viralizarse una imagen de una cartelera donde el gerente elogiaba la dedicación de su personal extranjero y pedía comprensión al público.
La publicación original tenía un tono positivo, pero fue reinterpretada por usuarios mal informados como una prueba de que la empresa contrataba extranjeros “por las subvenciones”. Algunos incluso llamaron al boicot. Esto ha generado un clima tóxico basado en un subsidio inexistente.
La desinformación masiva, surgida de una lectura incorrecta y amplificada por redes sociales, ha derivado en una narrativa engañosa que alimenta la xenofobia y perjudica tanto a trabajadores como a empresas comprometidas con la integración. (RI/AG/IP/)
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