
Tras una escalada sin precedentes de violencia en la zona fronteriza en disputa, los gobiernos de Tailandia y Camboya anunciaron hoy un acuerdo para un cese al fuego inmediato y sin condiciones. La decisión, alcanzada con la mediación de Malasia y con la participación diplomática activa del presidente estadounidense Donald Trump, busca frenar los enfrentamientos armados que ya han dejado más de 30 muertos y provocado la evacuación de unas 100.000 personas.
El histórico encuentro entre el primer ministro camboyano Hun Manet y el vice primer ministro tailandés Phumtham Wechayachai, quien ejerce como primer ministro interino, tuvo lugar en Putrajaya, la capital administrativa de Malasia, país que este año ostenta la presidencia de la ASEAN. La reunión se celebró en la residencia oficial del primer ministro malasio Anwar Ibrahim, con la presencia de los embajadores de Estados Unidos y China en Kuala Lumpur.
Las partes acordaron implementar el alto el fuego a partir de este 29 de julio a las 00:00 horas, iniciar conversaciones informales entre mandos militares locales y convocar una comisión bilateral para tratar el conflicto territorial el próximo 4 de agosto. El éxito del acuerdo dependerá de si las hostilidades cesan efectivamente en el terreno.
TRUMP FRENA ACUERDOS COMERCIALES
La intervención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue clave para destrabar la negociación. El 26 de julio sostuvo llamadas telefónicas con ambos mandatarios, instándolos a entablar conversaciones de paz. Trump fue enfático: “Mientras continúen los combates, no habrá acuerdos arancelarios con ninguno de los dos países”.
El conflicto entre Tailandia y Camboya por la región limítrofe que rodea el templo de Preah Vihear, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se remonta al siglo pasado. Aunque en 1962 la Corte Internacional de Justicia reconoció la soberanía camboyana sobre el templo, los incidentes armados no cesaron. Entre 2008 y 2011 hubo varios enfrentamientos, y en 2013 el fallo del tribunal internacional reafirmó la soberanía de Camboya sobre los alrededores del templo.
En mayo de este año volvió la tensión: un tiroteo provocó la muerte de un soldado camboyano, y semanas después varios soldados tailandeses resultaron heridos por explosiones de minas. El 24 de julio, la situación escaló hasta convertirse en un conflicto militar a gran escala, con tiroteos y bombardeos en múltiples puntos fronterizos, víctimas civiles y daños al templo sagrado. (RI/AG/IP/)
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