
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, ha decidido anunciar su dimisión antes de que termine agosto, tras la presentación del informe de balance sobre las elecciones a la Cámara Alta que el Partido Liberal Democrático (PLD) publicará el próximo mes. Fuentes cercanas citadas por Mainichi confirmaron que el mandatario ya comunicó su intención a su círculo más próximo.
Hoy miércoles, Ishiba tiene previsto reunirse con tres figuras clave de la política japonesa: el máximo consejero del partido, Taro Aso; el vicepresidente Yoshihide Suga, y el ex primer ministro Fumio Kishida. El encuentro, considerado inusual, busca intercambiar opiniones sobre el rumbo del gobierno y del partido en medio de la crisis interna. Un alto funcionario señaló que “Ishiba acudirá con una postura humilde para explicar su decisión y solicitar comprensión”.
La presión sobre el primer ministro se ha intensificado tras la dura derrota del PLD en las elecciones a la Cámara Alta. Varios comités locales reclaman un cambio de liderazgo, mientras que legisladores jóvenes y de rango medio impulsan la convocatoria del Consejo Conjunto de Ambas Cámaras para adelantar la elección del nuevo presidente del partido.
El PLD tenía previsto realizar el 31 de julio una reunión de confraternización, pero esta se adelantará al 29 para iniciar la discusión del balance electoral. El informe definitivo se presentará en agosto y marcará las responsabilidades de la directiva. Seiji Kihara, presidente del comité electoral, ya ha expresado que renunciará tras concluir este proceso, lo que incrementa la presión sobre Ishiba. “Una vez tengamos el balance, la dirección deberá asumir responsabilidades”, advirtió un alto cargo del gobierno.
Si Ishiba formaliza su salida este mes, el Parlamento celebrará en agosto una votación para designar a su sucesor. Sin embargo, la actual condición de minoría del bloque oficialista no garantiza que el nuevo líder del PLD asuma automáticamente la jefatura del gobierno. Este escenario lleva a Ishiba a considerar la opción de retrasar el anuncio, con el objetivo de negociar con la oposición antes del inicio de la sesión extraordinaria programada para el próximo mes.
La decisión que adopte Ishiba definirá el futuro político inmediato de Japón, en un contexto marcado por tensiones internas en el PLD y desafíos clave en comercio, seguridad económica y estabilidad fiscal. (RI/AG/IP/)
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