
El Tribunal Superior de Nagoya, con sede en Kanazawa, declaró hoy la inocencia de Shoshi Maekawa, de 60 años, quien había sido condenado por el asesinato de una estudiante de secundaria ocurrido en 1986 en la ciudad de Fukui. El fallo se emite 39 años después del crimen, tras una revisión judicial extraordinaria que desestimó la veracidad de los testimonios clave que sirvieron para condenarlo.
Maekawa fue sentenciado a siete años de prisión por el asesinato de una adolescente de 15 años y cumplió íntegramente su condena. El magistrado Keisuke Masuda dictó su absolución al considerar que las pruebas en su contra carecían de fundamento sólido y que la fiscalía ocultó evidencia determinante durante el proceso judicial.
UNA CONDENA SIN PRUEBAS MATERIALES
El caso se remonta al 19 de marzo de 1986, cuando una estudiante de tercer año de secundaria fue hallada muerta en un complejo de viviendas municipales en Fukui. Las autoridades no encontraron pruebas materiales que vincularan directamente a Maekawa con el crimen. No obstante, fue detenido un año después, a raíz de testimonios de varios conocidos, incluido un miembro de un grupo criminal, que afirmaron haberlo visto cubierto de sangre el día de los hechos.
En 1990, el Tribunal de Distrito de Fukui lo declaró inocente. Sin embargo, en 1995, la Corte de Apelaciones de Nagoya revocó esa decisión y lo condenó al considerar que se encontraba en un estado de alteración mental parcial. El Tribunal Supremo confirmó posteriormente la sentencia.
En octubre de 2022, Maekawa presentó una segunda solicitud de revisión judicial. Durante ese proceso, la fiscalía reveló por primera vez 287 documentos que no habían sido compartidos con la defensa en las etapas anteriores del juicio.
Uno de los elementos más relevantes fue un informe policial que desacreditaba un punto central de la acusación: varios testigos aseguraron haber visto a Maekawa el día del crimen mientras se emitía un programa de televisión. Sin embargo, los documentos demostraron que la escena mencionada se transmitió en una fecha distinta, y que los fiscales ya lo sabían durante el juicio, sin haber corregido el error.
La decisión de permitir la reapertura del caso, emitida en octubre del año pasado, reprochó duramente la actuación del Ministerio Público. El tribunal acusó a la fiscalía de mantener una estrategia basada en pruebas falsas, incluso después de tener conocimiento de las inconsistencias. También señaló que la policía pudo haber inducido testimonios falsos, mediante presión y con la presencia de miembros del crimen organizado durante los interrogatorios.
Durante la audiencia final, celebrada en marzo, la defensa sostuvo que los testigos fueron inducidos a mentir y que Maekawa fue víctima de un montaje judicial. Argumentaron que se trataba de un caso de “condena fabricada”.
La fiscalía, por su parte, no presentó pruebas nuevas y defendió la validez de los testimonios anteriores, calificando como “absurdas” las acusaciones de manipulación probatoria. (International Press)
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