
La inmigración y la presencia extranjera en Japón se han convertido en un tema central en la agenda electoral de cara a los comicios para el Senado del próximo 20 de julio. En medio de un clima electoral marcado por discursos polarizados, los partidos japoneses presentan visiones opuestas: mientras algunos proponen políticas más estrictas para reforzar el control migratorio y limitar beneficios, otros impulsan leyes orientadas a la igualdad, la integración social y la defensa de los derechos humanos.
Estas son las propuestas más relevantes de cada partido en torno a la gestión de la población extranjera en el país:
Partido Liberal Democrático (PLD)
El PLD apuesta por un enfoque severo hacia los extranjeros que infringen la ley. Su plan incluye medidas para alcanzar el objetivo de “cero extranjeros ilegales”, mediante el fortalecimiento de la gestión de entrada y permanencia, el endurecimiento de los procedimientos para cambiar licencias de conducir obtenidas en el extranjero y la vigilancia sobre la adquisición de propiedades por personas extranjeras. También anuncia un refuerzo en el control sobre quienes están bajo libertad provisional, buscando garantizar la seguridad nacional en un contexto de aumento del turismo y de los programas de trabajo en Japón.
Partido Constitucional Democrático (Rikken Minshuto)
Propone transformar la realidad hacia una “sociedad de convivencia multicultural”, mediante la creación de una Ley Básica que siente las bases para que japoneses y residentes extranjeros puedan vivir en igualdad de condiciones. Plantea además revisar el sistema de residencia en su conjunto e instaurar un marco legal que regule el empleo general de extranjeros, orientado a mejorar sus derechos laborales y su integración social.
Komeito
Se enfoca en un equilibrio entre control y apoyo. Por un lado, impulsa la implementación del “Plan Cero Inmigración Ilegal” y un sistema que refleje en las evaluaciones migratorias la información sobre el pago o impago de las cotizaciones sociales, para prevenir fraudes. Al mismo tiempo, insiste en la necesidad de fortalecer las condiciones de acogida: educación en japonés, orientación cultural, apoyo laboral y asesoramiento para evitar la exclusión y mejorar la integración.
Sanseito (Partido de la Participación Política)
El partido que más ha endurecido su retórica en esta campaña. Propone un corte radical: suspender cualquier pago de asistencia social a extranjeros, restringir su acceso al sistema de salud y eliminar ventajas académicas para estudiantes internacionales. También pide prohibir, de manera expresa, el derecho a voto a extranjeros y negar la posibilidad de candidaturas a quienes se hayan naturalizado recientemente, además de fortalecer las sanciones para infracciones contra “la cultura y tradiciones japonesas”. Plantea, además, reforzar los controles contra la inmigración irregular y castigar con dureza el incumplimiento de normas locales.
Nippon Ishin no Kai (Partido de la Innovación)
Advierte sobre “los efectos negativos del aumento de extranjeros en comunidades locales” y plantea medidas de contención: establecer límites a la proporción de población extranjera y fijar un control global sobre la cantidad de personas admitidas en Japón. También pretende endurecer los requisitos para la obtención de visados, revisar los beneficios médicos y garantizar que sistemas como el seguro nacional, las licencias de conducir y los permisos empresariales no sean objeto de uso indebido colectivo por parte de determinados grupos.
Partido Comunista Japonés (Kyosanto)
Desde una postura centrada en los derechos humanos, exige el fin de la discriminación y los abusos laborales hacia extranjeros. Pide reformar la Ley de Inmigración y el sistema de empleo formativo para eliminar tratos abusivos, garantizar condiciones dignas y crear un organismo independiente de derechos humanos que pueda actuar frente a denuncias de discriminación. Además, defiende que los residentes extranjeros permanentes tengan derecho al voto en elecciones locales, abriendo un debate que muchos partidos evitan.
Partido Democrático Popular (Kokumin Minshu-to)
Propone una línea nacionalista en la gestión de los recursos: “Los impuestos que pagan los japoneses deben usarse para los japoneses”. Entre sus iniciativas, busca aprobar la Ley de Regulación de la Adquisición de Tierras por Extranjeros para limitar las inversiones inmobiliarias foráneas, reforzar el control del acceso a la seguridad social y establecer criterios más estrictos para el uso de servicios públicos por extranjeros. Sin embargo, también plantea fortalecer el apoyo educativo a niños extranjeros y mejorar los servicios multilingües en gobiernos locales.
Reiwa Shinsengumi
Critica duramente los programas actuales de contratación de extranjeros, como el sistema de habilidades específicas y el de empleo formativo, acusándolos de deprimir los salarios de los trabajadores japoneses. Exige su eliminación inmediata y la redacción de una ley integral de derechos para inmigrantes, que garantice condiciones laborales justas y protecciones frente a la explotación.
Partido Socialdemócrata (Shaminto)
Defiende una visión diametralmente opuesta: aprobar una ley amplia contra la discriminación y crear un organismo estatal que proteja a inmigrantes y refugiados de abusos, con la meta de construir una sociedad verdaderamente multicultural, donde no prevalezca la exclusión ni la segregación.
Partido Conservador Japonés (Nippon Hoshu)
Propone endurecer la política migratoria en defensa del “interés nacional”, revisando la Ley de Inmigración y la Ley de Refugiados para limitar la expansión de categorías de residencia, en especial las que permiten la llegada de familiares. Plantea separar los sistemas de salud y pensiones para extranjeros del esquema nacional, generando un sistema paralelo que, según ellos, reduciría la carga sobre los contribuyentes japoneses.
(RI/AG/International Press/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.