
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy que impondrá un arancel del 50 % a las importaciones provenientes de Brasil a partir del 1 de agosto, en lo que representa el mayor porcentaje de su nueva política de “aranceles recíprocos”. La decisión fue comunicada a través de una publicación en su red social y ha generado preocupación tanto en Brasil como en el ámbito comercial internacional.
Esta nueva medida supera el anterior máximo del 40 % aplicado a países como Myanmar y Laos, y contrasta con el trato preferente que Brasil había recibido hasta ahora. En abril, el arancel para ese país era de apenas el 10 %, el más bajo del paquete de tarifas impuestas por la administración Trump. El salto a un 50 % supone un incremento sin precedentes y ha sido interpretado como un castigo político.
¿UNA REPRESALIA POR EL JUICIO A BOLSONARO?
El trasfondo de la medida parece estar relacionado con el juicio que la Corte Suprema de Brasil aprobó en marzo contra el expresidente Jair Bolsonaro, acusado de intentar un golpe de Estado. Trump, conocido por su cercanía con Bolsonaro, expresó abiertamente su indignación en la carta que envió al actual presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y que publicó en su red social.
“El trato que ha recibido el expresidente Bolsonaro —respetado en todo el mundo, incluido en Estados Unidos— es una vergüenza internacional. Este juicio no debería realizarse. Esta caza de brujas debe cesar de inmediato”, escribió Trump, antes de anunciar la aplicación del nuevo arancel.
El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, quien también ocupa el cargo de ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, reaccionó con firmeza. En declaraciones a medios locales, Alckmin reconoció que Brasil tiene superávit comercial con Estados Unidos, lo que no debería ser motivo para aplicar una sanción de este tipo, y calificó la medida como «completamente injustificada».
TENSIÓN POLÍTICA Y REPERCUSIONES ECONÓMICAS
La imposición de aranceles como represalia política marca un nuevo capítulo en la política exterior de Trump, que ha utilizado el comercio como herramienta de presión diplomática. La medida podría afectar significativamente las exportaciones brasileñas de productos como aluminio, acero, carne y componentes industriales, y amenaza con tensar las relaciones entre ambos países, tradicionalmente cercanas.
La decisión también genera incertidumbre entre otros países latinoamericanos con superávit comercial frente a Estados Unidos, que temen ser los siguientes objetivos de una política que prioriza vínculos personales sobre intereses económicos. (RI/AG/IP/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.