
El archipiélago de Tokara, una cadena de islas al sur de Japón, ha sido el epicentro de una inusual y preocupante actividad sísmica. Desde el 21 de junio, se han registrado más de 1600 terremotos de baja intensidad, alcanzando su punto álgido el 3 de julio con un sismo de magnitud 5.5 en la isla de Akusekijima, que se sintió con una fuerza de 6 en la escala japonesa (Shindo). Este fenómeno, según la investigación liderada por el reconocido vulcanólogo y geólogo, Hiroki Kamata, profesor emérito de la Universidad de Kioto, sugiere que la corteza terrestre está sometida a enormes presiones.
El Dr. Kamata explica que estos terremotos son el resultado de un «movimiento de falla de deslizamiento horizontal» en una falla activa que se encuentra en el lecho marino. No es la primera vez que ocurre algo así; en diciembre de 2021, la misma zona experimentó un sismo de magnitud 6.1, lo que indica que esta área es propensa a estos «enjambres sísmicos».
La razón de esta intensa actividad radica en la compleja interacción de las placas tectónicas. La Placa del Mar de Filipinas y una elevación submarina llamada Promontorio de Amami se están deslizando por debajo de la Placa Euroasiática, donde se asientan las islas de Tokara y Okinawa. Esta «subducción» genera una inmensa tensión en la corteza terrestre. Cuando esta tensión se vuelve insostenible, la parte superior de la Placa Euroasiática se fractura, provocando los sismos que estamos presenciando.
Además de las fallas, el Dr. Kamata señala que esta región marina tiene rastros de volcanes antiguos, lo que levanta una pregunta intrigante: ¿está ascendiendo magma desde las profundidades? Algunos de los terremotos recientes han tenido su origen a 30 kilómetros de profundidad, lo que sugiere que no solo las fallas, sino también la actividad de magma, podrían estar involucradas.
LA AMENAZA DE LOS TSUNAMIS GIGANTES
Otro punto crucial que destaca la investigación del Dr. Kamata es la relación de esta zona con la Fosa de Ryukyu, una enorme depresión submarina de mil kilómetros de largo. Esta fosa es conocida por ser una fuente potencial de «terremotos gigantes de tipo fosa», que podrían alcanzar una magnitud de 9. Existe una preocupación generalizada sobre si estos sismos podrían desencadenar eventos similares al «gran terremoto de la Fosa de Nankai», pronosticado para la costa del Pacífico occidental de Japón. Sin embargo, el Dr. Kamata aclara que, debido a la escasez de datos, la sismología actual no puede predecir una conexión directa.
A pesar de la falta de registros históricos escritos para la Fosa de Ryukyu, las investigaciones de depósitos de tsunamis han revelado que esta región ha sido golpeada repetidamente por grandes olas gigantes cada varios siglos. El ejemplo más devastador fue el «Terremoto-Tsunami de Yaeyama» o «Gran Tsunami de Meiwa» en 1771, que con olas de 30 metros de altura causó 12.000 muertes en las Islas Yaeyama. En los últimos 2000 años, se han registrado al menos tres tsunamis de magnitud similar.
Ante esta realidad, el profesor Kamata enfatiza la necesidad de mantener una vigilancia constante sobre los enjambres sísmicos de fallas de deslizamiento horizontal que continúan afectando la región del archipiélago de Tokara. (RI/AG/IP/)
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