
Las autoridades japonesas alertan sobre el alarmante aumento de un tipo de fraude que utiliza la suplantación de identidad de agentes de policía. Estas estafas, cada vez más elaboradas y agresivas, no solo buscan el robo de dinero sino que también implican chantajes sexuales y la manipulación psicológica de las víctimas a través de llamadas internacionales y redes sociales.
Según datos de la Agencia Nacional de Policía, entre enero y abril de este año se registraron pérdidas por cerca de 39.180 millones de yenes debido a fraudes conocidos como «tokushu sagi» (estafas especiales). De esa cantidad, unos 24.730 millones, el 60%, corresponden a engaños perpetrados por individuos que se hicieron pasar por policías.
MÉTODOS DE LA ESTAFA
Los estafadores utilizan con frecuencia llamadas internacionales con prefijos como “+80” y contactan a las víctimas afirmando que sus cuentas bancarias están involucradas en delitos. En varios casos se les ha exigido transferir sumas millonarias para demostrar su inocencia. En una ocasión, una víctima fue inducida a transferir 129,3 millones de yenes bajo el pretexto de que su dinero estaba vinculado a actividades criminales.
Además del robo de dinero, se han detectado prácticas que incluyen el acoso sexual y la obtención de imágenes íntimas de las víctimas, todas mujeres, mediante videollamadas en aplicaciones de mensajería. De febrero a mayo, se confirmaron al menos seis casos en los que los falsos policías exigieron a las víctimas desnudarse bajo la excusa de verificar tatuajes u otras características físicas. Algunas fueron forzadas a compartir imágenes mientras se encontraban en el baño o en la ducha.
En otros casos, las víctimas fueron manipuladas para instalar aplicaciones específicas en sus móviles desde las cuales los estafadores ejercieron un control constante sobre sus actividades. También se ha reportado la participación forzada de víctimas en el esquema delictivo como “recolectores», es decir, encargados de recibir y mover el dinero de otros estafados.
LO QUE NUNCA HARÍA UN POLICÍA REAL
Ante esta situación, la Agencia Nacional de Policía ha iniciado una campaña informativa bajo el título «Un mensaje de los verdaderos policías», en la que se aclara de forma explícita lo que la policía real jamás haría:
-Contactar por redes sociales o aplicaciones de mensajería.
-Enviar imágenes de sus identificaciones o órdenes de arresto.
-Solicitar transferencias de dinero.
-Pedir realizar actos de índole sexual.
Las autoridades recomiendan cortar inmediatamente la comunicación si se recibe una llamada sospechosa de parte de alguien que se identifique como policía, y luego contactar con la línea de consulta policial #9110 o comunicarse directamente con la comisaría local.
Para evitar recibir este tipo de llamadas, se sugiere instalar aplicaciones que bloqueen llamadas internacionales en teléfonos móviles, o bien, en el caso de líneas fijas, solicitar el servicio gratuito de suspensión de recepción de llamadas internacionales.
Desde el 2 de junio, la policía ha reforzado su estrategia de prevención difundiendo carteles y mensajes con las frases «Alerta por falsos policías» en redes sociales, con el objetivo de frenar el avance de estas estafas que afectan no solo a personas mayores, sino también a jóvenes en sus 20 y 30 años. (International Press)
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