
El Hospital de la Universidad de Nagoya anunció hoy que una mujer de 70 años falleció por una insuficiencia hepática aguda. El caso fue clasificado como un accidente médico grave, causado por un diagnóstico erróneo del médico tratante, quien atribuyó el daño hepático a efectos secundarios de medicamentos.
Según el hospital, la paciente había sido diagnosticada con artritis reumatoide en 2008 y comenzó tratamiento con inmunosupresores. En ese momento se identificó que tenía antecedentes de infección por hepatitis B, por lo que se estableció un protocolo de monitoreo regular de la función hepática y la carga viral.
A lo largo de los años, los análisis mostraron anomalías persistentes en el hígado, pero el médico responsable interpretó los resultados como reacciones adversas a los medicamentos. A partir de agosto de 2016, se suspendieron las pruebas de seguimiento, ya que el médico olvidó el historial de hepatitis B de la paciente.
En abril de 2021, se detectaron nuevas alteraciones hepáticas, pero en lugar de realizar estudios más profundos, el tratamiento fue ajustado reduciendo la dosis del fármaco, lo que empeoró la inflamación del hígado. Dos meses después, en junio, la paciente murió por insuficiencia hepática aguda.
Una comisión externa de investigación determinó que el hospital no tenía mecanismos adecuados para compartir entre el personal el riesgo de reactivación del virus, lo cual agravó la negligencia.
El hospital se disculpó públicamente y aseguró que tomará medidas para evitar que este tipo de errores se repitan, incluyendo la mejora en los sistemas de información clínica y formación interna sobre infecciones virales crónicas. (RI/AG/IP/)
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