
La explosión en una obra residencial en el distrito Edogawa, en Tokio, que ayer dejó 10 personas con heridas y provocó daños en al menos 38 casas y oficinas, se debió a un cilindro de gas enterrado a unos 50 centímetros bajo tierra, que se perforó durante trabajos de excavación, informó hoy la Policía Metropolitana.
El incidente ocurrió el 27 de mayo alrededor de las 9:30 de la mañana, cuando comenzaron las tareas de hincado de pilotes para una nueva vivienda unifamiliar. Cuarenta minutos después, se produjo la explosión.
Inicialmente, se pensó que el siniestro había ocurrido en la obra de un edificio de departamentos, pero la policía corrigió la información: se trataba de la construcción de una casa particular.
Durante la inspección del sitio, la policía recuperó un cilindro de unos 100 centímetros de largo, completamente oxidado. Se presume que contenía gas acetileno, comúnmente usado para soldadura de metales, y que al perforarse, el gas se filtró y se incendió, causando la explosión.
El terreno había sido usado como estacionamiento durante unos 40 años, y ninguno de los obreros esperaba encontrar objetos enterrados peligrosos. “No teníamos idea de que había un cilindro bajo tierra”, declaró uno de los trabajadores.
La explosión afectó un área de aproximadamente 120 metros de radio, dañando ventanas, paredes y techos en decenas de casas y edificaciones. La policía investiga el caso como posible negligencia profesional con resultado de lesiones, y continuará con peritajes en los próximos días. (RI/AG/IP/)
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