
El 14 de mayo, un avión de entrenamiento Kawasaki T-4 de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón (JASDF) se estrelló en el lago Iruka, ubicado en la ciudad de Inuyama, prefectura de Aichi. La aeronave había despegado apenas dos minutos antes desde la base aérea de Komaki. Aunque no se detectaron anomalías previas al despegue, el avión desapareció del radar a las 15:08 horas, con dos tripulantes a bordo. Ambos fueron hallados sin vida. La pregunta que ahora persiste es: ¿fue el lago Iruka el destino final por casualidad o por decisión deliberada?
El T-4 es un avión versátil usado tanto para entrenamiento como para tareas múltiples. En esta ocasión, la nave había acompañado a un F-15 en reparación rumbo a Komaki y regresaba a su base en Nyutabaru, prefectura de Miyazaki. Las condiciones meteorológicas eran favorables, lo que descarta el clima como factor determinante. Las posibilidades se reducen entonces a un fallo técnico o un error humano.
Teniendo en cuenta que el avión volaba a baja altitud, no se puede descartar la posibilidad de un impacto con un pájaro. Los dos pilotos eran, un teniente de primera clase con unas 1.170 horas de vuelo y un teniente de segunda clase, con aproximadamente 480 horas de vuelo.
Entre los testigos, uno afirmó que el avión pareció cambiar de dirección hacia el lago antes de estrellarse. El exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas de Autodefensa, Katsutoshi Kono, declaró a CBC News que en casos anteriores los pilotos han evitado zonas residenciales para reducir daños colaterales, incluso a costa de sus propias vidas. En 1999, un avión militar cayó deliberadamente en el cauce de un río para evitar un barrio residencial en Saitama.
Otro testimonio señaló que el avión giraba sin control antes de impactar. Esto sugiere, según Kono, que los pilotos tal vez no tuvieron capacidad de decisión en esos últimos instantes. Sin embargo, pilotos veteranos creen que, aunque el lago pueda parecer amplio desde tierra, desde el aire es difícil de localizar, lo que refuerza la hipótesis de que el impacto en Iruka fue intencional.
La investigación será difícil. El avión no contaba con grabadora de vuelo ni de voz, y la estructura quedó seriamente dañada. Según el profesor Akihiro Sado de la Universidad de Chukyo, esto podría llevar a suspender temporalmente el uso de toda la flota Kawasaki T-4 —más de 200 unidades— lo que afectaría la formación de nuevos pilotos y las operaciones generales de la JASDF.
Una posible salida, según el académico, sería concluir que el problema fue específico del aparato sin extrapolarlo a toda la serie. No obstante, ante el aumento de accidentes en los últimos años, se exige a la Fuerza de Autodefensa máxima transparencia para no perder la confianza ciudadana. La sociedad japonesa, que valora profundamente el rol de sus fuerzas armadas en desastres naturales, espera respuestas claras. La incertidumbre solo genera temor y desconfianza. (RI/AG/IP/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.