
La breve tregua de Pascua anunciada por el presidente ruso Vladimir Putin ha sido interpretada como una táctica estratégica que le ha otorgado al Kremlin una ventaja diplomática, en medio del creciente escepticismo estadounidense sobre las negociaciones de paz con Rusia respecto a la guerra en Ucrania.
Según el diario The Wall Street Journal, el anuncio de un cese del fuego de 30 horas llegó justo un día después de que la administración de Donald Trump amenazara con retirarse por completo de sus esfuerzos para mediar en el conflicto. Esta coincidencia temporal ha sido vista por analistas como un movimiento calculado por parte de Putin para posicionarse como un líder que desea sinceramente la paz, mientras presiona a Estados Unidos para que no abandone las negociaciones.
Expertos consultados por el medio estadounidense consideran que el llamado de Putin a un cese de las hostilidades, aunque breve, le permite proyectar una imagen conciliadora sin comprometer su posición en el campo de batalla. Tatiana Stanovaya, investigadora del Centro Carnegie Rusia-Eurasia, lo resumió así: “Si se trata solo de un período muy corto, no corre ningún riesgo, pero le permite presentarse como alguien sinceramente comprometido con la paz”.
Para muchos observadores, el gesto del Kremlin también podría indicar una flexibilización en la exigencia de Putin de abordar primero lo que él llama las “causas fundamentales” de la guerra antes de considerar cualquier pausa en las hostilidades.
UCRANIA HABÍA ACEPTADO UNA TREGUA MÁS AMBICIOSA
En marzo, Ucrania había aceptado una propuesta de Estados Unidos para implementar una pausa completa e inmediata en los combates por un período de 30 días. Sin embargo, Putin rechazó esta iniciativa, alegando que era necesario abordar cuestiones pendientes antes de una tregua total. Además, insistió en que cualquier pausa beneficiaría a Ucrania, en un momento en que, según Moscú, las fuerzas rusas están logrando avances en el frente.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, declaró el viernes 18 de abril que Estados Unidos está dispuesto a abandonar sus intentos de mediación si no se logra un acuerdo en las próximas semanas. Esta advertencia marcó un punto de inflexión en el proceso diplomático y probablemente motivó el gesto de Putin, interpretado como un intento por mantener a Estados Unidos involucrado en las negociaciones.
Aunque se trate de un cese temporal de las hostilidades, la jugada le ha permitido al Kremlin reforzar su narrativa internacional, presentando a Rusia como parte constructiva en el proceso de paz, mientras continúa manteniendo la presión militar sobre el terreno. (RI/AG/IP/)
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