
Apenas una semana antes del final de la Segunda Guerra Mundial y dos días después del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, un ataque aéreo estadounidense en Fukuoka dejó una profunda herida en la historia de Japón.
El trágico episodio, conocido como el «Incidente del tiroteo al tren en la estación de Nishitetsu Chikushi», se cobró la vida de al menos 64 personas y dejó más de 100 heridos, la mayoría civiles. Sin embargo, la falta de registros oficiales ha evitado que se conozcan los nombres e historias de todas las persona que murieron ese día.
Según los testimonios recopilados por el Municipio de Chikushino y actualizados en una publicación de 2022, el 8 de agosto de 1945, una mañana soleada y calurosa, un tren de la línea Nishitetsu partió de la estación de Fukuoka con destino a Omuta. A bordo viajaban soldados, trabajadores y estudiantes por varios motivos. Mientras el tren se aproximaba a la estación de Chikushi, aviones de combate estadounidenses comenzaron a disparar contra los vagones, causando el caos y la desesperación entre los pasajeros.
El tren que circulaba en dirección contraria también fue atacado, lo que incrementó el número de víctimas. Aunque el registro oficial de la empresa ferroviaria Nishitetsu indica que murieron 64 personas, testigos oculares sostienen que la cifra real podría haber superado las 100 víctimas fatales. Aún se habla de 143.

«KIMIE, ME DUELE PARTIR…»
Entre los caídos en el ataque se encontraba el soldado del Ejército Imperial Japonés, Mitsuo Hayashi, de 27 años. Según una carta enviada a su familia por su superior, Hayashi se encontraba en una misión en la ciudad de Kurume y viajaba en el tren cuando se produjo el ataque. Este mensaje se encontraba en el fondo de una caja de recuerdos que la familia de la víctima recién descubrió en 2020 con ayuda de un investigador.
«Mientras los aviones enemigos atacaban en oleadas, Hayashi trató desesperadamente de organizar a la gente dentro del tren y guiarlos hacia un lugar seguro. Después de que la mayoría de la gente había desembarcado y evacuado, él fue herido por el fuego de ametralladora de la cuarta oleada cuando intentó volver al tren para dejar bajar a los últimos heridos. Dejó la situación en manos del sargento Takazawa, que lo acompañaba, y murió en acción», decía el texto.
Herido de muerte, Hayashi también tomó su diario de guerra y escribió un último mensaje dirigido a su esposa: «Kimie, me duele partir. Te encomiendo el futuro». Estas palabras han sido preservadas por su hijo Takeshi, quien leyó el texto por primera vez cuando tenía 80 años. Nunca llegó a conocer a su padre.
SE CONOCEN NOMBRES DE SÓLO 16 FALLECIDOS…
A pesar de los años transcurridos, la ciudad de Chikushino ha seguido trabajando por recuperar la memoria de este trágico episodio. En el parque Fureai, junto a la antigua estación de Chikushi, se ha conservado la estructura original del edificio ferroviario, ahora convertido en el «Museo Conmemorativo de la Paz de Chikushi». Allí se pueden observar las marcas de las balas en las paredes, un testimonio silente de la violencia de aquel día.
Un informe operativo militar estadounidense en poder de los Archivos Nacionales de Estados Unidos y obtenido por el Consejo de Educación de la ciudad, hace referencia al ataque de un avión de combate P51 que voló desde la isla Ie en la prefectura de Okinawa. En ese momento, el ejército estadounidense estaba planeando una invasión de Kyushu, y los trenes eran objetivos del ataque para evitar que llevaran tropas para la defensa.
Pero en aquella época, la gente también viajaba en tren por diversas razones, entre ellas, para despedir a sus novias que ingresaban a la escuela militar, para asistir a fiestas de despedida en lugares movilizados o para entregar equipaje a hermanos mayores que iban a la guerra. Así ocurría en la estación de Nishitetsu Chikushi cuando de un momento a otro se convirtió en un campo de batalla.
Producto de entrevistas y averiguaciones del municipio y voluntarios, se han identificado los nombres de 16 personas fallecidas en ese ataque, tanto hombres como mujeres. De éstos, las 10 personas tenían entre 10 y 50 años, cinco eran adolescentes y tres tenían entre 20 y 30 años.
Tras el incidente, el jefe del cuerpo de bomberos local y el personal de la oficina del pueblo compilaron una lista de los muertos y heridos, pero estos se perdieron en un incendio después de la guerra y cuando los archivos municipales se destruyeron en la gran inundación de 1953.
Cada 8 de agosto, la comunidad local realiza una ceremonia conmemorativa para recordar a las víctimas y reflexionar sobre la importancia de la paz. Además, se han implementado programas de educación en las escuelas primarias y secundarias de la región para transmitir la historia de este ataque a las nuevas generaciones. (RI/International Press)
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