Con la toma de posesión de Donald Trump para su segundo mandato presidencial en EEUU, Japón ajusta su estrategia para enfrentar un enfoque basado en transacciones bilaterales que marcaron el estilo diplomático durante su primer mandato, informó el diario Nikkei. La administración japonesa busca destacar su creciente contribución en defensa e inversión económica hacia Estados Unidos como argumentos sólidos en las futuras negociaciones.
Desde 2017, cuando Trump asumió su primer mandato, Japón ha incrementado significativamente su gasto en defensa. En 2022, se adoptó una nueva estrategia de seguridad nacional, estableciendo un presupuesto de defensa de 43 billones de yenes (aproximadamente 275.000 millones de dólares) para el periodo 2023-2027, lo que representa un aumento del 60% respecto a años anteriores. Japón planea alcanzar un gasto equivalente al 2% de su PIB para 2027, un objetivo que Trump ya había exigido previamente a sus aliados, incluidos los países miembros de la OTAN.
El aumento en las tensiones de seguridad en el entorno geopolítico de Japón refuerza su argumento. China ha intensificado sus actividades militares en los mares de China Oriental y Meridional, mientras que Corea del Norte avanza en su desarrollo de misiles y armas nucleares. Según datos del Libro Blanco de Defensa, la capacidad militar china ha crecido considerablemente desde 2017, con un aumento del 50% en el tonelaje de sus buques y un 20% en su flota de aviones de combate.
Japón buscará resaltar la importancia de la cooperación bilateral y multilateral, incluyendo su participación en iniciativas como el Quad (Japón, EEUU, Australia e India) y alianzas regionales como las de Japón con Corea del Sur y Filipinas, para contrarrestar la creciente influencia de China.
INVERSIÓN ECONÓMICA: UN BUEN ARGUMENTO
Japón también destacará su papel como uno de los mayores inversores en la economía estadounidense. En 2023, la inversión directa japonesa en Estados Unidos alcanzó los 800.000 millones de dólares, un incremento del 60% respecto a 2017, situándose por encima de Canadá y el Reino Unido. Además, las empresas japonesas generan más de 960.000 empleos en EEUU, con una notable expansión en sectores como la manufactura, la tecnología y la investigación y desarrollo.
Sin embargo, el reciente bloqueo de la adquisición de US Steel por parte de Nippon Steel, liderado por la administración Biden, ha generado inquietud en Japón. En este contexto, los funcionarios japoneses argumentarán que su inversión no solo fortalece la economía estadounidense, sino que también es vital para la cooperación tecnológica en áreas clave como la innovación avanzada.
EL ENFOQUE ESTRATÉGICO DE TRUMP
Se espera que Trump mantenga su enfoque de negociación directa, presionando a Japón para que aumente su contribución tanto en seguridad como en términos económicos. Durante su primer mandato, Trump exigió reducciones en los aranceles agrícolas y planteó desequilibrios comerciales como un problema prioritario. Aunque el déficit comercial con Japón ha disminuido en términos relativos, Trump podría volver a señalarlo como un punto crítico.
El canciller japonés, Takeshi Iwaya, que asistió a la ceremonia de investidura de Trump, dijo antes de partir a Washington: «Queremos explicar y garantizar el reconocimiento de los esfuerzos de Japón en la defensa y la inversión en Estados Unidos. Japón y Estados Unidos deben seguir siendo el núcleo de un Indo-Pacífico libre y abierto, asumiendo nuestra responsabilidad en la comunidad internacional».
Japón también planea utilizar el próximo encuentro del Quad (Estados Unidos, Japón, Australia e India) para alentar a la nueva administración estadounidense a reforzar su compromiso en la región, enfrentando desafíos como la influencia china y la estabilidad en el Indo-Pacífico. (RI/NI/IP/)
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