Un reciente estudio realizado por el diario Nikkei reveló que un posible mega-terremoto en la zona de la Fosa de Nankai dejaría a más de 530.000 personas sin refugio adecuado, evidenciando graves deficiencias en la preparación de los municipios ante desastres naturales.
Este reporte se publica en el marco del 30º aniversario del terremoto de Hanshin-Awaji, que en 1995 devastó Kobe y Osaka, causando la muerte de más de 4.000 personas y destruyendo 400.000 edificios.
La Fosa de Nankai, una falla submarina que se extiende desde Shizuoka hasta Miyazaki, tiene un 80% de probabilidad de experimentar un terremoto masivo en los próximos 30 años, según científicos japoneses. Este escenario podría generar hasta 9,5 millones de evacuados, de acuerdo con estimaciones de la Oficina del Gabinete de Japón.
Sin embargo, casi el 40% de los municipios en la zona informaron que la capacidad de sus refugios designados es insuficiente para albergar al número proyectado de evacuados. Esto significa que más de medio millón de personas podrían quedarse sin espacio en los refugios, enfrentándose a la posibilidad de ser rechazadas o a condiciones de hacinamiento extremo.
Un funcionario en Kagoshima señaló que muchos refugios están envejecidos y que construir nuevas instalaciones es económicamente inviable.
DEFICIENCIAS EN LOS REFUGIOS
El estudio, que encuestó a 125 municipios de 14 prefecturas, reveló que muchos refugios están ubicados en áreas vulnerables a tsunamis o carecen de resistencia antisísmica. Además, aunque el gobierno central estableció un estándar internacional de 3,5 metros cuadrados por persona en los refugios, solo el 7% de los municipios alcanza este requisito.
Un funcionario en Kagoshima señaló que muchos refugios están envejecidos y que construir nuevas instalaciones es económicamente inviable. Asimismo, municipios costeros como los de Kochi destacaron que el riesgo de inundaciones por tsunamis limita gravemente su capacidad para designar suficientes refugios seguros.
LECCIONES DEL PASADO Y DESAFÍOS
El terremoto de Hanshin-Awaji y desastres recientes, como el terremoto de la península de Noto en 2024, han evidenciado problemas recurrentes en la gestión de refugios. En ambos casos, muchas personas murieron por causas indirectas, como la exposición al frío o el deterioro de la salud en refugios improvisados.
Además de la falta de refugios, otros factores como cortes eléctricos, inundaciones y dificultades para movilizar al personal de emergencia podrían complicar aún más la respuesta inicial. Según el estudio, el 30% de los municipios no cuentan con planes de continuidad en caso de desastres, mientras que el 80% no tiene previsto reubicar oficinas administrativas fuera de zonas de riesgo.
Ante este panorama, el gobierno japonés planea establecer una agencia de gestión de desastres en 2026 para coordinar respuestas más rápidas y efectivas. Según Nobuo Fukuwa, director del Centro de Investigación para la Mitigación de Desastres de la Universidad de Nagoya, los municipios no pueden enfrentar solos la magnitud de un desastre como un terremoto en la Fosa de Nankai. «Es crucial que el gobierno central lidere los esfuerzos, desarrollando planes iniciales de respuesta que trasciendan las fronteras de las prefecturas», afirmó.
También subrayó la importancia de informar a los residentes sobre las limitaciones de los refugios, fomentando medidas de autoayuda como la mejora de la resistencia de las viviendas para reducir el número de víctimas. (RI/NI/IP/)
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