Japón asumirá un rol clave en el diseño de la estructura del avión de combate de próxima generación que está desarrollando en colaboración con el Reino Unido e Italia. Este proyecto busca desplegar el caza, conocido como Global Combat Air Programme (GCAP), para el año 2035, según anunció ayer el ministro de Defensa japonés, Gen Nakatani, tras reunirse con sus homólogos británico e italiano en Londres.
Japón aprovechará su experiencia en materiales compuestos avanzados para mejorar el rendimiento furtivo del avión, reduciendo su peso y aumentando su capacidad para evadir radares enemigos. Esta tecnología ya se emplea en otros equipos de defensa japoneses, como las fragatas clase Mogami, y también ha sido utilizada en la aviación comercial, como en el Boeing 787.
El caza de próxima generación reemplazará al F-2, desarrollado conjuntamente por Japón y Estados Unidos, y al Eurofighter Typhoon, operado en el Reino Unido e Italia. La fabricación del prototipo comenzará en marzo de 2026, con el objetivo de iniciar su despliegue en 2035.
Las empresas principales de Japón, el Reino Unido e Italia formarán una empresa conjunta para desarrollar el avión, con una inversión equitativa entre los países. Japón contribuirá con el diseño del fuselaje y la tecnología furtiva, mientras que el Reino Unido, a través de BAE Systems, se centrará en sistemas electrónicos avanzados para la guerra electrónica. Italia, liderada por Leonardo, desarrollará controles aeronáuticos integrando tecnologías digitales y de inteligencia artificial.
El nuevo avión estará equipado con capacidades de combate en red avanzadas, incluyendo integración con drones y radares de alto rendimiento, además de la capacidad de obtener información de satélites y detectar aeronaves furtivas enemigas. También utilizará drones para misiones de reconocimiento y ataque.
Mitsubishi Heavy Industries aplicará la experiencia obtenida en el desarrollo del avión demostrador furtivo X-2, que voló por primera vez en 2016. Japón empleará materiales compuestos que absorben ondas de radio para maximizar la furtividad del caza, equilibrando estas capacidades con maniobrabilidad y poder ofensivo.
El caza, fruto de la colaboración entre Japón, Reino Unido e Italia, busca servir como un elemento disuasorio frente a crecientes amenazas en la región, especialmente de China, Rusia y Corea del Norte. El ministro Nakatani calificó este proyecto como un hito crucial en la seguridad del Indo-Pacífico y la defensa aérea de Japón. (RI/NI/IP/)
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