La ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz 2024 se celebró el pasado 10 de diciembre en Oslo, Noruega, y honró a la organización japonesa Nihon Hidankyo (Consejo Nacional de Japón para las Víctimas de Bombas Atómicas y de Hidrógeno). Este galardón, otorgado por primera vez a una organización de víctimas de Hiroshima y Nagasaki, supone un hito histórico tras el mismo reconocimiento que recibió ex primer ministro, Eisaku Sato, en 1974.
Tres representantes de Nihon Hidankyo -Terumi Tanaka (92 años), Tomoyuki Minomaki (82) y Shigemitsu Tanaka (84)- subieron al escenario para recibir la medalla y el diploma que acredita su incansable lucha contra las armas nucleares.
En su discurso, Terumi Tanaka subrayó el carácter profundamente inhumano de las armas nucleares, declarando: “Estas armas no deben coexistir con la humanidad. Es imperativo que sean eliminadas sin demora”. También expresó su indignación ante lo que describió como un debilitamiento del “tabú nuclear”, en referencia al uso de estas armas, tras la invasión rusa de Ucrania y los enfrentamientos en la Franja de Gaza.
UN LEGADO DE LUCHA Y ACTIVISMO
La presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen, elogió a Nihon Hidankyo como una organización que, a través de la experiencia de sus miembros, ha demostrado de manera innegable por qué las armas nucleares no deben usarse nunca más.
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, también reconoció el mérito del premio durante una sesión del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, afirmando: “Es el resultado de décadas de esfuerzos constantes por un mundo sin armas nucleares”.
Fundado en agosto de 1956 en Nagasaki, Nihon Hidankyo ha liderado iniciativas para prohibir las armas nucleares y ampliar la asistencia a los sobrevivientes, conocidos como hibakusha. En su declaración fundacional, la organización proclamó: “La humanidad no debe repetir jamás los sacrificios y el sufrimiento que hemos experimentado”.
Durante la Guerra Fría, la organización envió delegaciones a las sesiones especiales de desarme de la ONU. En 1982, el fallecido Senzo Yamaguchi se convirtió en el primer sobreviviente de Hiroshima en dirigirse a la asamblea, mostrando una fotografía de sus cicatrices por quemaduras y pronunciando el lema “No más hibakusha”.
Desde entonces, Nihon Hidankyo ha continuado sus esfuerzos a través de exposiciones en la sede de la ONU en Nueva York y otras iniciativas para dar a conocer el impacto devastador de las bombas atómicas. En 2017, la organización desempeñó un papel clave en la recolección de tres millones de firmas que respaldaron la adopción del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares. (RI/International Press)
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