Un video publicado por un influencer chino en el que aparece filmando a dos niñas en Yonezawa, ciudad de la prefectura Yamagata, y siguiendo luego a una de ellas de manera perturbadora, ha generado una intensa polémica en redes sociales y obligado a que las autoridades japonesas tomen medidas de seguridad. El autor, quien cuenta con más de 16.000 seguidores en redes sociales, eliminó el video tras la controversia y defendió sus acciones asegurando que «no tenía malas intenciones».
En el video, originalmente subido a una red social china sin ningún tipo de censura, el hombre comentó: «Los niños en Japón pueden regresar a casa solos, incluso las niñas». La imagen muestra a la menor, visiblemente incómoda, que acelera el paso y finalmente huye corriendo.
El material se viralizó rápidamente, alcanzando más de 30 millones de visualizaciones en la plataforma X. Esto llevó a que el tema fuera discutido en la asamblea de la prefectura de Yamagata, donde se consideró una amenaza a la seguridad infantil. Las autoridades locales, como el superintendente de educación Hiroki Takahashi, emitieron directrices para aumentar las patrullas en las rutas escolares y alertar a todas las instituciones educativas de la zona.
En una entrevista realizada por un medio japonés, el ciudadano chino explicó que su intención era «mostrar la seguridad de Japón» a su audiencia en China, donde «los padres siempre acompañan a los niños a la escuela». Asimismo, insistió en que «no fue un seguimiento deliberado» y que simplemente se dirigía en la misma dirección. No obstante, admitió que su video había generado un «gran malentendido».
El hombre también enfrenta críticas por otras grabaciones realizadas durante su viaje, en las que aparece ingresando sin autorización en instalaciones públicas como oficinas municipales y sedes de asambleas locales en distintas localidades de Japón. En Shiogama, prefectura de Miyagi, un video grabado dentro del municipio provocó que las autoridades refuercen las medidas de seguridad, incluyendo la instalación de carteles en varios idiomas que prohíben el ingreso sin permiso.
Tras la ola de críticas, el influencer expresó sus disculpas y prometió ser más cuidadoso en el futuro: «No tenía malas intenciones, pero admito que mi forma de actuar fue inapropiada. Quiero seguir mostrando lo mejor de Japón, pero respetando las leyes y los procedimientos».
El caso ha puesto de relieve las tensiones culturales y los desafíos legales que pueden surgir con el uso de redes sociales para registrar escenas cotidianas en un país extranjero, especialmente cuando se traspasan límites éticos o legales. (RI/AG/IP/)
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