El 15 de noviembre, antes del inicio formal de las sesiones de la cumbre, se difundieron imágenes en redes sociales que muestran a Ishiba saludando a líderes como Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, y, mientras permanecía sentado. En las fotografías publicadas por la oficina del primer ministro japonés, sus interlocutores aparecen de pie, lo que generó críticas del público.
Comentarios como: “Por favor, represente a Japón con la etiqueta y el decoro que merece un líder”, reflejan la molestia de algunos ciudadanos.
NO ESTUVO EN LA FOTO OFICIAL
La polémica se intensificó el 16 de noviembre, cuando Ishiba no pudo asistir a la foto grupal oficial de los líderes. El Gobierno explicó que el mandatario quedó atrapado en un embotellamiento causado por un accidente cuando volvía de rendir homenaje al fallecido expresidente peruano Alberto Fujimori. El ministro de Asuntos Exteriores, Takeshi Iwaya, calificó la ausencia como «muy lamentable», pero subrayó que no afectó los resultados de las reuniones ni las relaciones bilaterales.
Otro incidente que generó controversia fue un vídeo en el que Ishiba aparece con los brazos cruzados mientras observa una ceremonia de bienvenida en la cumbre, un gesto que muchos interpretaron como falta de respeto.
Citado por Mainichi, Shinsuke Sugiyama, exembajador de Japón en Estados Unidos y profesor de la Universidad de Waseda, defendió al primer ministro, argumentando que su comportamiento no viola los estándares de protocolo diplomático. Según Sugiyama, los saludos rápidos y ocasionales antes de una reunión son habituales en encuentros de alto nivel con numerosos líderes.
Sin embargo, Sugiyama fue más crítico respecto a la ausencia en la foto oficial. «La asistencia a eventos protocolarios es innegociable, independientemente de las circunstancias», afirmó. Añadió que el Gobierno debe asumir responsabilidad por los problemas logísticos y asegurarse de que no se repitan. (RI/AG/IP/)