Un artículo reciente publicado por el periódico hongkonés South China Morning Post (SCMP) ha encendido el debate sobre un fenómeno en aumento en Japón: el crecimiento del turismo sexual dirigido a extranjeros en Tokio. Titulado «Bienvenidos a Tokio: ¿la nueva capital del turismo sexual en Asia?», el reportaje pone de manifiesto una problemática que afecta tanto a la imagen del país como a su tejido social.
Según SCMP, durante los años de auge económico en Japón, los hombres japoneses viajaban a países más pobres en busca de «placeres prohibidos». Sin embargo, la situación ha cambiado debido a factores como la depreciación del yen y el incremento de la pobreza en Japón. Ahora, son los extranjeros quienes viajan a Tokio en busca de servicios sexuales, consolidando la capital como un destino emergente para el turismo sexual.
UNA REALIDAD DIFÍCIL
La prostitución callejera, especialmente en parques públicos y en áreas como Kabukicho, ha ganado terreno. Una joven de 19 años entrevistada por el medio relató cómo, tras terminar el instituto y enfrentar dificultades económicas, comenzó a ofrecer servicios sexuales desde abril. Según ella, puede ganar entre 15.000 y 30.000 yenes por hora, atendiendo a unos 5-10 clientes al día, aproximadamente la mitad de los cuales son extranjeros.
La joven también compartió incidentes de agresiones cometidas por clientes, principalmente hombres chinos. Las víctimas no denuncian estos delitos debido al temor a ser arrestadas, lo que agrava su vulnerabilidad.
FALTA DE ACCIÓN GUBERNAMENTAL
Yoshihide Tanaka, secretario general de la organización japonesa para la protección de la juventud Seiboren, expresó su preocupación por la aparente inacción de las autoridades y la policía. Según Tanaka, «este fenómeno está fuera de control, y si no se toman medidas, podría haber consecuencias fatales». Subrayó que incluso si se produjera un homicidio relacionado con esta problemática, la atención pública sería breve, olvidándose rápidamente del tema.
El análisis de SCMP no se limita a la prostitución, sino que señala cómo el cambio en las dinámicas económicas ha hecho más visible el empobrecimiento de Japón. Según Tanaka, “Japón se ha convertido en un país pobre”, lo que permite que el turismo sexual se asiente como una práctica tolerada, alimentada por las desigualdades sociales y económicas.
La diversidad de los turistas involucrados, que incluyen blancos, negros y asiáticos, aunque los hombres chinos representan la mayoría. Este fenómeno pone en evidencia cómo la liberalización de los viajes tras la pandemia de la COVID-19 ha contribuido al incremento del turismo sexual en la capital japonesa. (RI/AG/IP/)