A partir del 1 de noviembre, Japón implementará sanciones más severas para los ciclistas que utilicen sus teléfonos móviles mientras conducen o que conduzcan bajo los efectos del alcohol. Esta medida, establecida por la reforma de la Ley de Tráfico Vial, busca reducir los accidentes de tráfico en bicicleta, una problemática que se ha agravado en los últimos años.
Hasta ahora, el uso del móvil en bicicleta estaba regulado por cada prefectura, pero a partir de ahora será una infracción bajo la normativa nacional de tráfico. Esto implica que la bicicleta se considerará al mismo nivel que un ciclomotor en términos legales. Los ciclistas que utilicen su teléfono móvil al manejar, ya sea para hablar o para observar la pantalla, enfrentarán penas de hasta seis meses de prisión o multas de hasta 100.000 yenes (unos 654 dólares). En caso de causar un accidente, las sanciones aumentan a un año de prisión o multas de hasta 300.000 yenes (casi 1.960 dólares).
La decisión de endurecer estas sanciones se debe al aumento de los accidentes relacionados con el uso del móvil en bicicleta. Entre 2017 y 2022, los accidentes de este tipo se incrementaron en un 50%, pasando de 295 a 454 incidentes. Este incremento ha impulsado a las autoridades a tomar medidas más estrictas.
DURO CON EL CONSUMO DE ALCOHOL
Además, se han endurecido las sanciones para quienes conduzcan bicicletas bajo los efectos del alcohol, así como para aquellos establecimientos que proporcionen bebidas alcohólicas a ciclistas. A partir de esta reforma, los ciclistas que manejen en estado de embriaguez podrían enfrentar penas similares a las de los conductores de vehículos motorizados, con hasta dos años de prisión o multas de hasta 300.000 yenes.
Incluso los establecimientos que suministren alcohol a personas que posteriormente conduzcan una bicicleta podrán ser multados o enfrentar sanciones penales. En casos graves, la pena puede llegar a tres años de prisión o multas de hasta 500.000 yenes (unos 3.200 dólares) para los responsables.
La policía ha iniciado una campaña de concienciación para informar a la ciudadanía sobre las nuevas normas, especialmente en áreas urbanas con alta concentración de bares y restaurantes, como Kita-Shinchi en Osaka. Los propietarios de locales han mostrado inquietud ante la necesidad de preguntar a sus clientes si llegaron en bicicleta, ya que la verificación resulta complicada en comparación con quienes llegan en coche. Sin embargo, las autoridades insisten en la importancia de esta medida para proteger la seguridad de todos los ciudadanos. (RI/AG/IP/)