El panorama político en Japón enfrenta un posible cambio significativo tras los primeros sondeos de las elecciones generales que se celebrarán el próximo 27 de octubre. Los estudios iniciales de las principales agencias de comunicación sugieren que el Partido Liberal Democrático (PLD), liderado por el primer ministro Shigeru Ishiba, podría perder la mayoría en la Cámara Baja, lo que marcaría su mayor derrota desde 2009.
Este retroceso se atribuye a varios factores, incluyendo el escándalo de financiación ilícita que ha golpeado al partido y la percepción pública de un cambio de postura por parte del nuevo primer ministro Ishiba.
Actualmente, el PLD cuenta con 256 escaños en la Cámara Baja, pero según los datos recogidos por los sondeos, solo tendría ventaja en unos 140 distritos electorales de los 289 que conforman el sistema de representación. La pérdida de terreno del partido en varias regiones del país parece inevitable, lo que podría llevarlo a obtener menos de los 233 escaños necesarios para mantener una mayoría simple en el Parlamento.
A pesar de esta situación, el PLD podría mantener su poder mediante la alianza con su socio tradicional, el partido Komeito, que también enfrenta dificultades. Se prevé que Komeito no logrará ganar en todos los distritos donde presenta candidatos, aunque la coalición PLD-Komeito aún tendría una posibilidad de alcanzar la mayoría combinada.
LA SUBIDA DE UN NUEVO PARTIDO
Por otro lado, el principal partido de la oposición, el Partido Constitucional Democrático (PCD), muestra un claro ascenso. Con 98 escaños antes de la disolución del Parlamento, los sondeos apuntan a que el partido podría superar este número, aprovechando la debilidad del PLD y las preocupaciones de los votantes sobre la estabilidad política del país.
Una de las grandes sorpresas de esta contienda electoral es el surgimiento del Partido Conservador de Japón, fundado por el popular escritor Naoki Hyakuta. Esta nueva formación política está en camino de obtener varios escaños, según las encuestas, lo que subraya el descontento de una parte del electorado con los partidos tradicionales y su búsqueda de alternativas más alineadas con el conservadurismo nacionalista.
El partido Nippon Ishin no Kai, fuerte en la región de Osaka, parece consolidar su base electoral en los distritos locales, aunque su influencia en el ámbito nacional, especialmente en la representación proporcional, podría verse limitada.
En cuanto a las fuerzas políticas más pequeñas, el Partido Comunista Japonés espera mantener los 10 escaños que poseía antes de la convocatoria electoral. Por su parte, el Partido Democrático para el Pueblo podría también aumentar su representación, superando los 7 escaños con los que contaba. La nueva formación política Reiwa Shinsengumi, dirigida por Taro Yamamoto, también aseguraría varios escaños a través del sistema de representación proporcional.
El Partido Socialdemócrata enfrenta una lucha por conservar su único escaño en un sistema electoral cada vez más polarizado. Asimismo, el recién formado partido Sanseito no parece haber logrado captar un apoyo significativo entre los votantes, lo que dificulta su entrada en el Parlamento.
UN DESAFÍO PARA LA ESTABILIDAD POLÍTICA
Los resultados preliminares señalan un posible giro en el equilibrio de poder en la política japonesa. Aunque el PLD ha sido la fuerza dominante durante décadas, estos comicios podrían abrir una nueva etapa de alianzas y negociaciones entre los distintos actores políticos del país.
La caída en el apoyo al partido gobernante, sumada al surgimiento de nuevas opciones políticas, sugiere que los votantes japoneses han llegado al límite de lo soportable con el exceso de poder y escándalos políticos en el gobernante PLD. Contrario a lo que se pensaba, el ocultamiento de fondos políticos al fisco y el cambio de rumbo de Ishiba sobre este tema y otros, no está sentando bien entre los votantes. (RI/AG/IP/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.