El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, realizó ayer una visita a la prefectura de Ishikawa para supervisar los daños causados por el terremoto en la península de Noto en enero de este año y las fuertes lluvias que azotaron la región desde el 20 de septiembre. Ishiba, acompañado por autoridades locales, visitó diversas áreas afectadas, entre ellas, la ciudad de Wajima, donde recorrió las zonas residenciales devastadas y los mercados que sufrieron incendios debido al sismo.
La visita también incluyó paradas en viviendas temporales que se inundaron tras las lluvias, así como en escuelas que actualmente funcionan como refugios para los desplazados. Uno de los puntos más significativos fue la inspección de un deslizamiento de tierra en la ciudad de Suzu, donde se evidenció la magnitud de los destrozos en infraestructuras locales.
Durante su recorrido, Ishiba recibió una serie de peticiones de parte de Hiroshi Hase, gobernador de Ishikawa, relacionadas con la necesidad urgente de apoyo financiero y logístico para las zonas afectadas. Tras recibir los informes, el primer ministro enfatizó la importancia de brindar asistencia inmediata y equitativa a los damnificados, evitando retrasos que pudieran generar sensación de injusticia entre los afectados.
RECONSTRUCCIÓN Y APOYO GUBERNAMENTAL
En declaraciones a la prensa, Ishiba subrayó la gravedad de la situación al mencionar que las zonas afectadas ya sufrían de despoblación y envejecimiento antes de los desastres, lo que complica aún más la reconstrucción. «Muchas personas se preguntan por qué les ha tocado enfrentar esta situación tan dolorosa. Es nuestra responsabilidad política responder a su clamor con acciones rápidas y eficaces», afirmó.
El primer ministro destacó que la reconstrucción no debe verse obstaculizada por un enfoque excesivo en la equidad que pudiera ralentizar la llegada de ayuda. Según Ishiba, la prioridad es actuar con rapidez para que los afectados puedan comenzar a recuperar la normalidad lo antes posible, aunque también indicó que el gobierno trabajará para asegurar que ningún grupo se quede atrás.
Ishiba también aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre las lecciones aprendidas de desastres pasados, como el tsunami del 2011, que afectó gravemente a la región de Tohoku. Aunque reconoció que las condiciones en los refugios han mejorado con la incorporación de camas de cartón y baños móviles, señaló que Japón aún está lejos de los estándares de otros países avanzados en términos de respuesta inmediata a emergencias.
El primer ministro mencionó que su administración planea incrementar significativamente los recursos destinados a la Agencia de Gestión de Desastres del gabinete. Además, propuso la creación de una nueva Agencia Nacional de Desastres que estará dedicada exclusivamente a la coordinación de respuestas rápidas en todo el país, con el objetivo de garantizar que las áreas rurales y con menor capacidad financiera reciban el mismo nivel de apoyo que las grandes ciudades.
Finalmente, Ishiba explicó que su primera visita a las zonas afectadas tiene como objetivo principal enviar un mensaje de solidaridad a quienes han perdido sus hogares y seres queridos. «La reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto y las lluvias torrenciales es solo el primer paso. Debemos crear un sistema que asegure que, ante futuros desastres, la respuesta sea rápida y eficaz en cualquier rincón del país», concluyó. (RI/International Press)