El nuevo presidente del Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón, Ishiba Shigeru, propuso una revisión del Tratado de Seguridad entre Japón y Estados Unidos, con el objetivo de eliminar la «asimetría» que existe en la alianza actual. Su visión es elevar las relaciones entre ambos países a una alianza más equitativa, similar a la que comparten EE. UU. y Reino Unido. Asimismo, Ishiba sugirió la posibilidad de estacionar tropas japonesas en Guam, territorio estadounidense, para fortalecer la capacidad de disuasión conjunta.
Estas propuestas fueron parte de un artículo publicado el 27 de septiembre en el sitio web del Instituto Hudson, un destacado think tank estadounidense. En el escrito, Ishiba argumentó que el momento es propicio para revisar lo que describió como un «tratado bilateral asimétrico». Según Ishiba, mientras EE. UU. asume la responsabilidad de defender Japón, este último, en su parte, solo está obligado a proporcionar bases militares, lo que genera una disparidad en los compromisos asumidos por cada país.
El Tratado de Seguridad entre Japón y EE. UU. fue firmado en 1951 y modificado en 1960 para incluir una obligación clara de defensa por parte de Estados Unidos. Sin embargo, Ishiba también abogó por la reforma del Acuerdo de Estatus de Fuerzas (SOFA, por sus siglas en inglés), que otorga privilegios legales a las tropas estadounidenses estacionadas en Japón.
LA PROPUESTA DE UNA «OTAN ASIÁTICA»
Ishiba también reiteró su compromiso con la creación de una versión asiática de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una de sus promesas clave durante la reciente campaña presidencial del PLD. Sostuvo que Estados Unidos debería considerar la posibilidad de introducir armas nucleares en Japón y otros países de la región como parte de esta nueva alianza, lo que podría generar tensiones con los principios pacifistas de Japón, conocidos como los «Tres Principios No Nucleares».
En su artículo, Ishiba advirtió sobre la creciente amenaza de conflictos en Asia, comparando la situación actual en la región con la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Subrayó que la falta de un sistema de defensa colectiva en Asia, similar al de la OTAN en Europa, hace que la región sea más susceptible a conflictos. Según Ishiba, una «OTAN asiática» sería crucial para contener la creciente influencia de China y la alianza nuclear emergente entre China, Rusia y Corea del Norte.
A pesar de la importancia estratégica que Ishiba atribuye a su propuesta, la creación de una OTAN asiática enfrenta importantes obstáculos. Los países del sudeste asiático, muchos de los cuales forman parte de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), han mostrado reticencias a alinearse abiertamente con Estados Unidos o China, complicando el panorama para una coalición de defensa regional.
DISUASIÓN NUCLEAR PARA COREA DEL NORTE Y CHINA
Aun así, Ishiba insistió en que el control compartido de armas nucleares, similar al que Estados Unidos tiene con países de la OTAN como Alemania y Turquía, sería una medida necesaria para garantizar la seguridad en la región del Indo-Pacífico.
En su análisis, Ishiba expresó su preocupación de que el sistema de «disuasión extendida» de EEUU, diseñado para proteger a sus aliados en Asia, esté perdiendo efectividad frente al aumento del arsenal nuclear de Corea del Norte y China. Este concepto de disuasión implica que EEUU respondería con un ataque nuclear si Japón u otros aliados en la región fueran atacados. Ishiba planteó la necesidad de que Japón participe más activamente en las decisiones sobre el uso de armas nucleares por parte de Estados Unidos en la región. (RI/NI/IP/)