El número de trabajadores desaparecidos en el programa de formación técnica en Japón alcanzó un récord en 2023, con un total de 9.753 participantes que se esfumaron, según datos del gobierno. Esta cifra marca un aumento de 747 personas respecto a 2022 y representa aproximadamente el 2% de los 509.000 inscritos o cualificados en el programa el año pasado.
La mayoría de los aprendices desaparecidos son de Vietnam, con un total de 5.500 casos, aunque esta cifra disminuyó ligeramente con respecto a 2022. En cambio, los casos de trabajadores de Myanmar casi se triplicaron, superando los 1.700. Entre 2019 y 2023, de los 40.607 aprendices que desaparecieron, aproximadamente tres cuartas partes han sido localizados. Sin embargo, aún quedan 9.976 personas por rastrear.
EL ABUSO LABORAL ES EL PROBLEMA
Actualmente, el programa no permite que los participantes cambien de trabajo durante un período de tres años, con el objetivo de garantizar una formación eficiente en un entorno planificado. Sin embargo, esta restricción ha provocado que muchos aprendices descontentos con sus condiciones laborales se vean forzados a soportar situaciones difíciles o abandonar sus empleos, recurriendo al trabajo ilegal.
Una nueva reforma del sistema, prevista para 2027, permitirá a los aprendices cambiar de empleo tras dos años de permanencia en su puesto. Hasta entonces, las directrices establecidas por la Agencia de Servicios de Inmigración permiten transferencias si circunstancias fuera del control del aprendiz hacen imposible continuar con su formación.
No obstante, la agencia revisará estas directrices en octubre de este año para permitir que los trabajadores abandonen sus empleos en casos de abuso físico o verbal, coacción, acoso sexual, acoso relacionado con la maternidad o bullying, incluso si no son directamente afectados por estas conductas. Los aprendices también podrán buscar empleo temporal mientras se procesan las solicitudes de transferencia, incluso fuera del ámbito de su formación, hasta un máximo de 28 horas semanales.
Citado por el diario Nikkei, Jiho Yoshimizu, director de la asociación sin fines de lucro Japón-Vietnam Tomoiki, «facilitar que los aprendices técnicos cambien de trabajo debido a circunstancias fuera de su control probablemente ayudaría a reducir las desapariciones».
Sin embargo, Yoshimizu advierte que «es difícil para los aprendices que no dominan el idioma japonés encontrar su próximo empleo por sí solos», subrayando la importancia de que tanto la Organización para la Formación Técnica, supervisada por el gobierno, como las organizaciones responsables de traer a los aprendices, cumplan con sus responsabilidades. (RI/NI/IP)
