En noviembre del año pasado, una imagen publicada en X llamó la atención del periodista japonés Taka Ogawa. La imagen mostraba un cuaderno sobre un balde, con una frase en tinta negra y en idioma japonés que decía: «He oído que hay muchos suicidios por exceso de trabajo en Japón. No quiero que mueras. Puedes dejar tu trabajo. El mundo es muy amplio. Ven a África». Estas palabras, aunque directas, emanaban una calidez inesperada.
El autor del mensaje era Kongbo, un agricultor de 33 años que vive en la aldea de Dura, en el oeste de Camerún. Movido por la curiosidad, Ogawa comenzó a seguir su cuenta, intrigado por sus publicaciones y el impacto que estas tenían en los japoneses.
Desde 2023, Kongbo ha estado enviando mensajes de apoyo a los japoneses mostrando empatía hacia sus problemas con palabras de aliento para los trabajadores y estudiantes, tanto reconociendo su esfuerzo como animándolos a descansar y cuidar de sí mismos.
«Japoneses, buen trabajo. Hoy han trabajado mucho. A descansar en casa», decía uno de sus vídeos más recientes hablado en inglés y subtitulado en nihongo.
Intrigado por el motivo detrás de estas publicaciones, Ogawa decidió contactar a Kongbo para una entrevista en línea. La respuesta fue inmediata y entusiasta. Durante la entrevista, Kongbo explicó que su interés por Japón comenzó tras conocer en 2019 a Maru, un japonés de 23 años que viajó por África después de fracasar en el examen de ingreso a la universidad. Maru encontró inspiración en los artistas callejeros africanos y comenzó a apoyarlos, lo que llevó a Kongbo a interesarse por el País del Sol Naciente.
Kongbo gestiona una pequeña granja avícola en Dura y desde allí empezó a aprender sobre la cultura y los problemas de Japón. Sorprendido por la alta tasa de suicidios relacionados con el trabajo en Japón, decidió usar Google Translate para comunicarse con los japoneses a través de X y YouTube. «Quise saber más sobre Japón. Y pensé que si podía ser de ayuda, tendría que comunicarme con ellos», contó Kongbo al periodista.
Sus mensajes, aunque a menudo humorísticos, también abordan problemas serios de la sociedad japonesa como el exceso de trabajo y el miedo al fracaso. Por eso, comenzó a enviar mensajes alentando a los japoneses a valorar más su propia vida y a dejar su trabajo si se volvía insostenible. «Suicidarse por problemas laborales es algo inimaginable en mi entorno, me sorprendió mucho», explicó.
El impacto de sus palabras ha sido significativo y han resonado profundamente entre sus seguidores. Algunos japoneses le agradecen por hacerles ver que hay un mundo más allá de sus problemas cotidianos, y que es posible encontrar felicidad y sentido en la vida fuera de las presiones laborales. «Gracias. Solo escuchar eso ya me alivia», escribió un usuario.
Kongbo ha recibido numerosos mensajes de japoneses que estaban considerando el suicidio. «Solo en un día recibí más de 30 mensajes de personas que estaban considerando el suicidio. Las preocupaciones iban desde el trabajo hasta la escuela, los exámenes y la familia», relató Kongbo.
DURA, UN LUGAR FELIZ
La filosofía de vida del africano, que valora el bienestar por sobre el éxito material, ha ofrecido a muchos japoneses una nueva perspectiva. Su aldea, a pesar de ser pobre, se considera un lugar feliz, lo que contrasta con la vida estresante en Japón.
Kongbo anima a los japoneses a considerar la vida en África como una opción para escapar del estrés y redescubrir la alegría de vivir. «Vivimos felices aunque seamos pobres. Creemos que el fracaso no es el fin de todo», aseguró.
Los mensajes de Kongbo no solo han generado un impacto positivo inmediato, sino que también han iniciado un diálogo sobre la importancia de cuidar la salud mental y valorar el bienestar personal.
En otro mensaje muy visitado dijo: «Japoneses, cuídense más y no duden en dejar su trabajo si lo odian».
A través de sus palabras, muchos japoneses han encontrado consuelo y una nueva esperanza, demostrando que la empatía y el apoyo pueden trascender fronteras y culturas. «Me hace muy feliz que los japoneses se sientan mejor gracias a mis mensajes», afirmó.
Kongbo, además, ha utilizado su humor para conectarse con sus seguidores japoneses y ha recibido apoyo para financiar y gestionar su granja. Con esa ayuda ha adquirido tres patos a quienes ha bautizado con los nombres de «Legislativo», «Ejecutivo» y «Judicial», y tres pavos a los que llama Tsuda, Goigoi y Sue.
Luego, junto a personas de su aldea ha cantado temas del comediante japonés Tsuda Atsuhiro y hace poco celebró la fiesta de Tanabata colocando papeles con deseos en un árbol.
JAPÓN ANGUSTIADO
«Japón es conocido en África por Toyota y animes como Doraemon, y tenía la impresión de que era un país económicamente y culturalmente rico», dijo. «Me sorprendió ver que personas en un medio más rico que el nuestro estaban tan angustiadas. Por qué?», se cuestionó.
En su canal de YouTube, Kongbo publicó un video titulado «Para los japoneses que encuentran difícil vivir», donde hablaba sobre la vida en su aldea y cómo, a pesar de la pobreza, la gente vive felizmente. «Vivimos felices aunque no tengamos dinero. Es el lugar más feliz en la pobreza», explicó.
Para Kongbo, la clave está en cambiar la perspectiva sobre el fracaso y el éxito. «Es bueno que se alabe el éxito, pero, ¿hay alguien que te anime cuando fracasas?», cuestionó. Sus mensajes están calando profundamente en una sociedad donde el miedo al fracaso a menudo lleva a la desesperanzas con consecuencias trágicas. (IP/AG/EX)