Representantes de los trabajadores solicitaron hoy un aumento de 67 yenes por hora en el salario mínimo actual, con el objetivo de que más de la mitad de las prefecturas del país establezcan un salario mínimo superior a los 1.000 yenes.
El pedido fue planteado esta mañana en una reunión con el subcomité del Consejo Central de Salario Mínimo, un órgano asesor del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, y los empleadores.
En esta negociación participan representando a los trabajadores sindicatos como Rengo y UA Zensen, mientras que por la patronal lo hacen las organizaciones empresariales como Nissho y Keidanren.
Los trabajadores argumentan que este aumento es necesario para mejorar las condiciones de vida de los empleados en 41 de las 47 prefecturas del país. Sin embargo, los empleadores expresaron su cautela ante la propuesta, mostrando una postura reservada sobre un incremento «tan significativo» del salario mínimo.
La discusión sobre el ajuste del salario mínimo continuará la próxima semana, donde se espera que ambas partes, con la mediación del gobierno, lleguen a un acuerdo sobre el nuevo nivel salarial que podría hacerse efectivo desde octubre próximo.
En 2023, el aumento promedio del salario mínimo fue de 43 yenes, la mayor cantidad registrada hasta ahora. A principios de julio, Akihide Ito, director del Departamento de Planificación e Investigación de la Federación Japonesa de Trabajadores y Sindicatos, pidió que «en 2024, deberíamos presentar revisiones más significativas que en 2023».
Según una previsión del Nikkei, se espera que el aumento del salario mínimo de este año sea alrededor de 50 yenes, superior a los 43 yenes del año fiscal anterior. (RI/NI/IP/)